Videojuegos: Una herramienta contra la crisis climática

En la última década, los videojuegos han evolucionado para abordar problemas globales como el cambio climático. Títulos como Metaverso Antártico, Hungry Penguin y Floodland ofrecen experiencias interactivas que educan a los jugadores sobre los desafíos ambientales de manera entretenida y efectiva.

Metaverso Antártico es un videojuego desarrollado por XR Labs que simula una expedición científica en la Antártida en un futuro cercano. Los jugadores llegan a la Antártida desde Punta Arenas y se sumergen en siete ecosistemas diferentes, recolectando plásticos y observando 26 especies. “Es una futurista travesía al continente blanco que combina aventura con conciencia”, explica Sebastián, uno de sus desarrolladores.

En Hungry Penguin, los jugadores deben ayudar a un pingüino a sobrevivir en un entorno afectado por el calentamiento global, enfrentando la escasez de peces y el derretimiento del hielo. Floodland, por otro lado, coloca al jugador en un mundo devastado por desastres climáticos, donde deben construir nuevos asentamientos basados en principios de sostenibilidad.

Estos juegos no solo entretienen sino que también educan. “En tiempos digitales, es crucial utilizar medios interactivos para enseñar contenidos importantes”, comenta Juan José, un experto en educación digital. Según datos recientes, un 76% de los chilenos reconoce que la crisis climática les genera ansiedad, y los videojuegos pueden ser una forma eficaz de abordar este estrés.

La ONU ha tomado nota de este potencial y ha lanzado la alianza “Playing for the Planet”, que reúne a desarrolladoras de videojuegos para reducir las emisiones de la industria y centrar las tramas en el cambio climático. En 2021, más de 100 millones de jugadores participaron en el evento Green Jam, promoviendo “activaciones verdes” en los videojuegos.

Metaverso Antártico está disponible para su descarga gratuita y planea expandirse a nuevas plataformas e idiomas. En septiembre, se realizará una nueva edición de Green Jam, reforzando el compromiso de la industria de los videojuegos con la conciencia ambiental.