Nadine es idéntica a su creadora, la científica canadiense Nadia Thalmann. Catalogado como un robot social, Nadine tiene personalidad propia, puede reconocer personas, tener emociones y manipular objetos.
Según la propia Thalmann, su robot busca ser un compañero para personas de la tercera edad. “Las personas envejecen en todo el planeta. Para que puedan ser compañeros de estas personas que están solas la mayor parte del tiempo“, detalló.
Y si usted tuviese la oportunidad de elegir, ¿para qué querría que sirvieran los robots en nuestra sociedad?
Néstor Becerra Yoma, académico de robótica y coordinador del proyecto Estrategia en Inteligencia Artificial, asegura que este tipo de tecnología cambiará el paradigma social y económico y que como país debemos empezar a prepararnos.
“Se piensa que la inteligencia artificial va a reemplazar las labores menos cualificadas, por ejemplo, elaborar convenciones legales como traducir documentos, reconocer imágenes con propósitos médico”, apunta.
Pero, ¿cuál será el efecto de este fenómeno que expertos describen como un tsunami? Teorías hablan de una reinvención de los puestos de trabajo.
Así lo explica Javier Ruiz del Solar, doctor en ingeniería, quien comenta que “supongamos que cada casa tiene un robot, ¿quién los va a fabrica, quién los va reparar? Como hay talleres de autos en las esquinas, van a haber, seguramente, talleres de reparaciones de robot“.
“Estos trabajos van a migrar a aquellos países que están más desarrollados en implementar sistemas de inteligencia artificial“, agrega Becerra, académico del departamento de ingeniería eléctrica U. de Chile.
Probablemente, señalan los especialistas, el impacto también se reflejará en la carga laboral, la que debería disminuir con la llegada del mundo de la inteligencia artificial, encuentro que ya está sucediendo y que genera incertidumbre.
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