Al día de hoy, los casos de COVID-19 superan los siete millones a nivel mundial y si bien recién estamos aprendiendo sobre esta enfermedad, hay ciertas características únicas de este coronavirus que los científicos han ido descubriendo.
Una de ellas es que tiene una mayor capacidad de propagación. “Tiene la capacidad de producir períodos de incubación muy largos. Esto quiere decir que la persona está infectada pero no tiene síntomas, esto hace que sea mucho más fácil de transmitir”, explica la doctora Susan Bueno, investigadora en IMII y académica de PUC.
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Es por eso que los ojos están puestos en la carrera desatada por encontrar una vacuna eficaz que frene los síntomas y detenga la transmisión y que funcione en la mayoría de la población. Pero el camino no es fácil. Esta inmunización también debe proteger a adultos mayores y a personas con enfermedades pre-existentes, la población de mayor riesgo, lo que requiere considerar ciertos factores.
“Se conoce que la respuesta inmune de los adultos mayores podría ser un poco más pro-inflamatoria, por lo tanto, esos son aspectos que hay que considerar al minuto del diseño de una vacuna. Por una parte induzca anticuerpos neutralizantes, por otra parte sea una respuesta protectora que no induzca inflamación“, agrega la doctora Bueno.
Un punto donde aún hay ciertas dudas es en el rol de los niños en el contagio y transmisión de la enfermedad. Según la última evidencia científica, ellos tenderían a infectarse menos como también de transmitir el virus en menor medida en comparación con los adultos.
“Los niños tienen una menor cantidad de receptores que le sirven al virus, son menos los receptores en su epitelio respiratorios que los que tienen los adultos”, explica el doctor Juan Pablo Torres, pediatra infectólogo de la Clínica Las Condes.
Se sabe que los niños tienen menos receptores AC que son de los que se engancha el coronavirus. En cambio, los adultos tienen estos receptores en muchos órganos del cuerpo, lo que explica las inflamaciones multisistémicas.
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Y, si bien el riesgo de transmisión es menor que el de los adultos, los infantes sí pueden contagiar a la población de mayor riesgo y experimentar cuadros más severos si sufren de otras patologías.
Son algunas de las cosas que vamos sabiendo al mismo tiempo que el COVID-19 avanza por el planeta y que cada día exige más a la comunidad científica para encontrar la mejor manera de frenar este coronavirus.
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