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Ante la crisis social que se ha evidenciado en el país, en Futuro 360 se abordan los temas de la ciencia que contribuyan a entender y aportar en este contexto. Para ello, en un nuevo capítulo, Humberto Sichel conversó con Pedro Maldonado, neurobiólogo director de Departamento de Neurociencia de la Universidad de Chile e investigador Instituto milenio de Neurociencia Biomédica.

Para comprender cómo la neurociencia puede ayudar a entender ciertos procesos sociales, el neurobiólogo explicó el funcionamiento del cerebro.  “Nuestro cerebro es una conexión de neuronas que funcionan en una red y lo tenemos en nuestra cabeza por razones biológicas”, comentó.

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Hace mucho tiempo, los animales cuando empezaron a hacer un cerebro, lo pusieron en el frente de avance, donde empiezan a ocurrir las cosas que importan para un organismo, donde cambian las cosas y eso es al frente. Entonces todos los animales crecieron sus cerebros hacia donde se mueven y nosotros eventualmente nos paramos y el cerebro está arriba“. dijo a modo de respuesta a la pregunta que da título a su libro ¿Por qué tenemos el cerebro en la cabeza?, editado este año y disponible a la venta desde agosto.

El estrés, aunque parece algo negativo, es una respuesta positiva cuando las personas perciben que hay un peligro real o inminente. Cuando uno percibe un peligro tiene que preparar una respuesta y a su cuerpo frente a ese peligro. Por ejemplo, tiene que arrancar, tiene que esconderse o pelear”, explicó.

 

Las tensiones producidas por las manifestaciones, actos de vandalismo y represión, pueden hacer que los ciudadanos estén en estado de alerta permanente, al respecto, Maldonado explicó lo que ocurre desde el punto de vista biológico. “El cerebro prioriza aquellas funciones del cuerpo que son relevantes para esa conducta. Por lo tanto, aumenta el latido del corazón, hay hormonas que se liberan, etc. y esa es una respuesta necesaria muchas veces. El problema es que cuando uno percibe que está en peligro durante mucho tiempo y esta respuesta se mantiene por un tiempo prolongado“, expuso.

Aunque describió que el estrés es una reacción normal que forma parte del mecanismo de defensa del ser humano cuando percibe que está en peligro, aclaró que esta situación deja de ser normal cuando se prolonga. “Lo que no es normal es que estemos en peligro constantemente. Por lo tanto, mantener nuestro cuerpo y nuestro cerebro a altas revoluciones por harto rato lo desgasta mucho más si estuviera sólo por un pequeño momento“.

El académico explicó que los humanos son esencialmente seres sociales y abordó el tema de las desigualdades.

“Uno debe partir del hecho de que somos primates, los humanos somos primates y como todos los otros primates, tenemos un enorme componente de vida social. Tenemos éxito como humanos en grande parte porque son animales sociales y esta sociedad que crean los humanos, necesita un equilibrio entre mi propio beneficio y el beneficio de la comunidad. Entonces todas las sociedades crean un sistema de equilibrio entre lo que yo contribuyo y lo que recibo”.

Con un ejemplo de laboratorio, el neurobiólogo ilustró cómo opera la percepción del sentido de la justicia como instinto básico.

Entrevista a Pedro Maldonado por Humberto Sichel

“En chimpancés, si uno le pide a dos animales que hagan una misma tarea y reciben una misma recompensa y, luego, a uno se le entrega una recompensa mejor que al otro, el animal que recibe menos recompensa se enoja y deja de trabajar. Lo que sugiere es que tiene un sentido de justicia frente a lo que él contribuye y recibe, que parece ser bastante más amplio en los primates y lo mismo nos pasa a nosotros“, explicó

De esta forma, Maldonado comentó cómo la biología influye en las percepciones sociales. “En la medida que uno cree, que uno percibe, que lo que uno contribuye a la sociedad no se relaciona con lo que recibo, es probable que uno deje de participar en la sociedad porque obviamente estoy en perjuicio de mi persona. Eso es importante, la percepción de justicia, está enraizado fuertemente en nuestra biología“.

Neuroderechos constitucionales

En momentos en los que está abierto el debate para una nueva Constitución producto de las demandas sociales de las últimas semanas, el invitado estimó que este proceso debe ser lo más plural posible para que los ciudadanos tengan esa percepción de justicia y de ser parte de algo.

“Aquí voy a hablar a título personal, pero creo que como una Constitución representa las normas de convivencia, en la medida que esas norma de convivencia sean lo más amplias y convocadoras posibles, más legitimo uno puede apreciar ese mecanismo”, dijo.

En cuanto a las contribuciones particulares que podría hacer cada persona o grupo convocado, apuntó que eso dependerá de la composición de los miembros de la asamblea constituyente. “Ojalá sea lo más diverso posible para que represente a la comunidad. Una constitución debe representar en el sentido más amplio en el sentir de la comunidad“.

En el debate constitucional debería estar incorporado el tema de la neurociencia y los neuroderechos de los ciudadanos, estima el director de Neurociencia de la U. de Chile, debido a que existe ahora una posibilidad real de que la tecnología intervenga en la conducta humana.

La posibilidad ahora de que la tecnología interfiera con el cerebro e interfiera con cómo tomamos decisiones y quiénes somos, es una posibilidad real y por lo tanto es interesante y bueno incluirlo en la discusión para velar con que los derechos mentales, y lo que llamamos neuroderechos, quizás esté integrado en la Constitución también y proteja la mente de las personas que es lo más individual y personal que tenemos“.

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Apuntó que este debate debe estar presente desde el inicio. “Dado que vamos a tener un proceso de reflexión, quizás es conveniente considerar cómo las nuevas tecnologías, las nuevas revoluciones tecnológicas van a impactar en nuestra sociedad y, por lo tanto, incorporarlas en una discusión temprana“.

El científico y académico alertó que existen iniciativas que buscan usar la tecnología para intervenir en los procesos cerebrales. “Si bien en Chile la habilidad de interferir con el cerebro es algo que no está muy desarrollado, en el mundo ya hay mucha iniciativa que ya están buscando mezclar cerebro y tecnología. Eso puede hacer que incluso el ser humano incluso llegue a cambiar. Por lo tanto es bueno entrar en conversaciones para ver si es que alguna de estas ideas que proteja la integridad y privacidad de los seres humanos, pueda estar incorporada en una carta fundamental”.

Salud mental en Chile

Mucho se ha hablado sobre la salud mental en Chile y este tema no quedó por fuera en este capítulo. “En salud mental estábamos mal antes de la crisis, creo que hoy está aún peor. En parte es porque nuestra tranquilidad mental tiene que ver con el sentirse acogido por parte de una sociedad”, dijo el investigador.

Agregó que parte de la salud mental de los individuos viene determinada por el entorno social. “El individualismo extremo ciertamente nos obliga a nosotros como individuos de poder arreglar nuestra situación mental, pero muchas de estas cosas no dependen de nosotros, depende de la sociedad. En la medida que creamos una sociedad que acoge mejor, estoy seguro que nuestra salud mental debiera mejorar“.

Para finalizar, recordó que cada conducta humana se deriva de la actividad cerebral. “Todo lo que hacemos, sentimos, creamos y nuestras ideas políticas tienen que ver con lo que pasa en nuestro cerebro”.

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