La tecnología no deja de avanzar y sus nuevas aplicaciones continuamente rompen los límites de la imaginación. Las películas de ciencia ficción de hace algunos años ya parecen formar parte de la realidad y Neil Harbisson es una prueba viva de ello.
Harbisson es el primer cyborg legalmente reconocido del mundo. Desde 2004 tiene una antena implantada en su cráneo, el cual transforma los colores en vibraciones audibles. En conversación con Futuro 360, se refirió a su vida y a las implicancias de ser un cyborg.
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El artista nació con una patología llamada acromatopsia, la cual solo le permitía ver en escalas de grises, por lo que decidió realizar esta intervención para “crear un nuevo órgano, un nuevo sentido para mi vida y este es el sentido del color (…) Creé esta antena que me permite percibir los colores como vibraciones dentro de la cabeza”.
“La antena puede percibir colores que son invisibles para los humanos, como los infrarrojos y los ultravioletas. Y también tengo Internet en mi cabeza, lo que me permite recibir colores de otras partes del mundo o conectar mi cabeza a satélites y percibir los colores del espacio”, detalló.
El hombre de 36 años ve como algo natural la unión entre las personas y la tecnología, al mismo tiempo que considera que “es algo que nos va a ayudar mucho como especie”. “Poco a poco, la sociedad va a ir viendo que no tenemos que cambiar el mundo, nos tenemos que cambiar nosotros y adaptarnos a este mundo”.
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Harbisson recalcó que esta unión no necesariamente hará que la humanidad sea mejor, pero que definitivamente creará diversidad. “Lo que luchamos es que la opción de incorporar tecnología en el cuerpo sea accesible a todo el mundo”.
“La magia de estos órganos es que nos revela algo que ya existe. Lo que estamos creando son órganos que nos permiten percibir algo que ya existe en la naturaleza, pero que nuestro cuerpo orgánico no lo percibe. Eso nos permite revisitar el planeta”, concluyó.
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