Los combustibles fósiles son uno de los principales responsables de la emisión de gases de efecto invernadero que tanto daño causan al planeta. En este sentido, el impuesto al carbono en Chile busca limitar y mitigar este tipo de contaminación.
“Está dirigido a todas las fuentes de emisiones de CO2 a un cierto nivel. Dentro de esa categoría cabe prácticamente todo el sector de generación termoeléctrica y también la industria”, sostuvo José Ignacio Escobar, presidente de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (ACERA).
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En conversación con Desafío Tierra, el experto criticó el hecho de que sobre el 30% del total de las emisiones cobradas en Chile hoy en día “lo pagan empresas y tecnologías que no contaminan. Como, por ejemplo, la generación renovable no convencional”.
Asimismo, cuestionó el monto cobrado, el cual es de cinco dólares por tonelada de CO2, y sostuvo que hay que corregirlo ya que “es muy bajo para los estándares a los que Chile aspira”. Además, agregó que se debe modificar el mecanismo de cobro de este tributo medioambiental.
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“Es fundamental que las empresas emisoras de CO2 paguen un monto y una cantidad necesaria y suficiente para que realmente se pueda generar una industria en torno al mercado de carbono que sea futurista, tecnológico y que realmente genere un efecto importante en la reducción de emisiones”, dijo.
Escobar concluyó que lo “más importante” es que las empresas paguen efectivamente por las emisiones, independiente de su potencia, tipo de fuente o tecnología. “Todas están hoy en día contribuyendo a empeorar los efectos de cambio climático y a agravar las zonas de saturación de contaminación en Chile, por lo que tienen que pagar por esa externalidad”, finalizó.
Martes / 22:30 / CNN Chile
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