Rasposa, incómoda y molesta; por estos días alzar la voz para que nos escuchen parece ser más complejo que antes, o eso al menos es lo que afirman quienes utilizan mascarillas en su trabajo.
Diferentes feriantes aseguran que hay que “hablar más fuerte, tomar agua más seguido” y que en algunas ocasiones sus “gargantas terminan ásperas” e incluso “a veces se sienten ahogados”.
“En general existen algunos estudios que aseguran que el uso de mascarillas hace que nuestra intensidad (de la voz) disminuya aproximadamente 10 decibeles. Por lo que debemos hablar más fuerte cuando nos comunicamos usando mascarillas”, explica a Futuro 360 Matías Gómez, otorrinolaringólogo de la Clínica Alemana.
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Indudablemente nos protege, pero también actúa como un bloqueo que atenúa la intensidad de nuestra voz. La situación se vuelve más dificultosa si consideramos que debemos aplicar el distanciamiento social; y si éste esfuerzo de la voz se vuelve constante, podría traer consecuencias para la salud.
“Estos síntomas pueden variar mucho. Desde picazón, cosquilleo, carraspera, espesamiento de secreciones, un poquito de cansancio vocal. Lo que finalmente se expresará en síntomas transitorios”, aseguró Andrés Ortega del Centro de Voz de la Clínica Las Condes.
Para quienes utilizan su voz a nivel profesional o como herramienta de trabajo si estos síntomas se llegan a prolongar por más de 5 a 7 días, el esfuerzo vocal realizado podría generar una inflamación o lesión en las cuerdas vocales.
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“Si los síntomas se vuelven molestos se recomienda asistir al otorrinolaringólogo u otros especialistas, para que se realice un examen del aparato vocal y, en particular, pueda mirar las cuerdas vocales para indagar en la aparición de una lesión incipiente”, agregó Ortega.
A la vez se recomienda hidratarse y gesticular más luego de utilizar nuestras mascarillas, un esfuerzo mínimo para proteger una herramienta tan importante como lo es nuestra voz.
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