Un cultivo orgánico, sin fertilizantes ni laboratorios, se ha vuelto una realidad posible en una viña ubicada en el Valle del Elqui, la que basa su producción de vinos en un cultivo totalmente natural gracias a las condiciones propicias de dichas tierras.
María Luisa y su esposo en 1996 compraron este terreno para construir una viña en Paihuano, basando su producción en la moscatel rosada. En esa época aún no se asociaban dichos lugares a la producción de vino, menos aún a la producción orgánica.
Esta uva con la que producen los vinos es totalmente natural. Todos los residuos los convierten en compost con el que fertilizan las parras junto al guano de las ovejas que poseen.
Asimismo, estos animales ayudan a controlar el crecimiento de la maleza y así evitan la aplicación de herbicidas.
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