Este 10 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental. En ese contexto un estudio del Instituto de Tecnología de Massachutts reveló que el cambio climático y las temperaturas extremas afectan negativamente a esta. Un factor por considerar cuando los efectos de este fenómeno parecen irreversibles.
Una anécdota científica cuenta que Albert Einstein en su ropero, solo tenía ropa gris y del mismo estilo, una estrategia para no derrochar energía de su cerebro pensando qué usar al otro día, aunque no lo crea, ese estrés afecta nuestra salud mental. Lo peor de esto, es que podrá empeorar de aquí al 2030.
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El psicólogo Felipe Pinto, de la Universidad Autónoma explicó, “que comience a llover cuando no tiene que hacerlo implica que la gente no puede salir tanto a la calle y dejar de hacer lo que hacía, lo que se suma como elemento de preocupación”.
Es precisamente acá donde el cambio climático se convierte en un factor relevante. En el Instituto de Tecnología de Massachusetts compararon registros meteorológicos con datos de salud mental de dos millones de personas, entre 2002 y 2012, y sus conclusiones son impresionantes: las temperaturas más altas y las mayores tasas de precipitación coinciden con los periodos de peor salud mental. ¿cómo es eso posible? La alteración de los ritmos circadianos podría dar una respuesta.
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“Los ritmos circadianos son la sincronización de reloj biológicos que regulan el tiempo de sueño o actividad. El aumento de temperaturas genera además de trastornos del sueño el dejar de hacer hábitos saludables como ejercicio”, explicó Jorge Ochoa, psiquiatra.
El cambio climático hace honor a su nombre, no es solo un cambio de temperatura, sino que en todas dimensiones y está claro que, si no se adoptan medidas urgentes sus consecuencias también afectarán el bienestar mental de las personas.
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