Saber cuáles van a ser las condiciones climáticas de aquí a 50 años o hacer una viaje espacial a la Luna desde Santiago son solo algunas de las posibilidades de un supercomputador, que actualmente opera en Chile con más de 150 proyectos para cambiar la calidad de vida de los chilenos.
Es una herramienta clave para el desarrollo de un país y Chile cuenta con ella. Guacolda es una de las tres supercomputadoras más potentes de Sudamérica, que ya trabaja en buscar respuestas para grandes problemas.
“Algo que te podría tomar 5 mil años con un computador normal de escritorio, ésto te lo reduce a un año. Desde la estimación del clima (…), la medicina personalizada, la construcción de caminos”, aseguró Jaime San Martín, director científico del Laboratorio Nacional Supercomputador.
“Ese es el impacto que tiene la supercomputación. Hay muchas tareas y problemáticas que no se pueden resolver sin ésta tecnología (…) Con ésto el gobierno puede averiguar si sus proyectos son viables”, afirmó Ginés Guerrero, director del NLHPC de la Universidad de Chile.
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La lista es casi infinita. Aquí podemos simular los efectos de una operación de corazón, de una prueba nuclear, un terremoto o si quisiéramos programar un viaje de ida y vuelta a la Luna. Guacolda se suma a su antecesora, Leftraru y ya sirve como base para más de 300 usuarios y más de 150 proyectos de investigación de alta complejidad.
“Cualquier aplicación necesite hacer cálculos masivos, requiere una infraestructura como ésta“, agregó San Martín.
“Tenemos la respuesta en pocas horas y días, el impacto que tiene es en el valor humano. Con ésto puedes refutar hipótesis y jugar con los resultados“, recalcó Guerrero.
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Tener esta máquina es como si estuviéramos utilizando 25 mil notebooks al mismo tiempo, por eso más de 30 instituciones ya buscan respuestas en ella.
“Hay muchas respuestas que sólo podremos obtener con investigadores chilenos, usando ésta máquina. Porque hay problemas nacionales de los que nadie más se preocupará“, concluyó Guerrero.
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