Este fin de semana, el Estadio Nacional fue testigo de exitosos conciertos que reunieron a decenas de miles de personas en Ñuñoa. Sin embargo, el evento no solo fue experimentado por quienes asistieron al recinto, sino que también se dejó sentir a la lejanía, generando reclamos en redes sociales por la contaminación acústica que afectó a una parte importante de Santiago.
Según Cristóbal de la Maza, académico de Economía y Gobierno de la USS, la intersección entre Pío Nono y Bellavista es un ejemplo de los puntos de alta contaminación acústica en la ciudad. Un reciente informe señala a comunas como Viña del Mar, Santiago Centro, Puente Alto y Maipú como algunas de las más afectadas por este problema.
Las principales fuentes de ruido en Santiago son las autopistas, avenidas de alta concurrencia y proyectos inmobiliarios en ejecución. El Ministerio de Medio Ambiente registra diariamente los niveles de decibeles en distintas ciudades del país, advirtiendo que desde los 85 decibeles ya se considera una amenaza para la calidad de vida y la salud de las personas.
La exposición a altos decibeles durante la noche puede afectar el sueño y tener consecuencias cardiovasculares, según expertos como M. José Herrera, otorrinolaringóloga de la Clínica UANDES, y Verónica Pantoja, directora del Magíster en Neurociencias de la Educación de la U. Mayor.
De acuerdo con el Ministerio del Medio Ambiente, durante el día, 850 mil personas en Santiago están expuestas a niveles de ruido que exceden la norma, lo que equivale al 12% de la población de la ciudad. Esta cifra aumenta a casi un millón de habitantes durante la noche, lo que ha llevado a la necesidad de impulsar nuevas medidas de mitigación del ruido en la capital chilena.
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