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Evitó chocar contra un iceberg. El aire helado del Océano Austral quemaba su garganta. La zona de tierra más cercana era la Antártica. Soportó quemaduras del sol en su piel y hasta una colisión con una una ballena casi puso fin a su travesía. Hablamos de la travesía de Ellen MacArthur.

En 71 días, 14 horas, 18 minutos y 33 segundos MacArthur dio la vuelta al mundo, rompiendo un nuevo récord de navegación en solitario sin asistencia y sin escalas en 2005.

Ninguna experiencia en mi vida podría haberme dado una mejor comprensión de la definición de la palabra ‘finito’. Lo que allá tenemos es todo lo que tenemos. No hay nada más”, comentó Ellen, quien impulsó el modelo de economía circular.

MacArthur realizaba una dura crítica a la forma cómo consumimos, cómo todo lo que compramos o producimos se va la basura, como si tuviera solo una vida.

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“De repente, até cabos. La economía mundial no es diferente. Es totalmente dependiente de materiales finitos que sólo tenemos una vez en la historia de la humanidad”, subrayó.

Reflexión que hizo en la soledad del mar, que la impulsó a crear una fundación y promover la economía circular, tal como explica Luisa Santiago, directora ejecutiva de Ellen MacArthur Foundation para América Latina.

“Es una economía que regenera los sistemas vivos, que es muy distinta de la lógica de la economía lineal, donde se extraen recursos de la la naturaleza, se transforman y se desechan”, detalla Luisa.

Un modelo económico que recicla, reutiliza y aprovecha al máximo todos los recursos y que se enmarca dentro de la red global del Pacto de los Plásticos de la fundación de Ellen. Chile es el tercer país del mundo en adherir a este proyecto.

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“Es una economía que elimina la polución y los residuos desde su diseño, desde el principio”, sostuvo Luisa Santiago.

Este modelo es la base del pacto chileno de los plásticos donde empresas como Unilever, Amcor, Coca Cola, Mall Plaza, Nestlé, Soprole, Resiter y Turner Chile acordaron cumplir con una serie de compromisos.

Primero, eliminar envases de un solo uso. Segundo, que el 100% de estos sean reutilizables, reciclables o compostables o que utilicen material reciclado en su fabricación. Compromisos que de acá al 2025 se deben cumplir.

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“Iniciamos el camino de la hoja de ruta, de cómo vamos a lograr estas ambiciones que hemos declarado. Nos pone muy orgullosos, pero nos desafía muy grandemente“, añade Andrés Pesce, gerente de Sustentabilidad de Fundación Chile.

Compromisos que buscan eliminar el plástico como residuo, dejando atrás la idea de “usar y tirar” esa que despertó la curiosidad de Ellen MacArthur en medio de la soledad del océano y que hoy cambia al mundo.

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