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Sonia Español-Jiménez, investigadora postdoctoral de la Fundación MERI, nos explica la importancia de conocer esta especie con una declaración: “Ellas son animales, nosotros somos animales, todos somos iguales y tenemos que conservar a todas las especies.”

Las ballenas cumplen un rol muy importante en el ecosistema, y es a través de su estudio que podemos conocer cómo conservarlas.

Español-Jiménez enfatiza, además, que los estudios que realizan en la Fundación son poco invasivos y no letales. “Nosotros en la fundación las estudiamos a través de sus sonidos, también tenemos dispositivos que les colocamos encima, como unas ventosas que se les quedan pegadas en la piel y con este dispositivo las seguimos”.

Es como un GPS que les permite identificar la profundidad a la que llegan las ballenas para conocer su perfil de buceo, cuánto tiempo se sumergen, cuánto tiempo están en superficie, cuántas bocanadas de aire toman. De esta forma, también pueden registrar sus movimientos en 3D para conocer cómo utilizan su cuerpo en el espacio, lo que permitiría, a su vez, realizar estudios oceanográficos para identificar todas las condiciones del ambiente en el que ellas viven.

Sobre la interacción de las ballenas el estudio también ha sido revelador, ya que se ha descubierto las herramientas que estas especies tienen para comunicarse con otros seres. Aquí, los sonidos son fundamentales.

“Tenemos que pensar que en el agua la visibilidad se va perdiendo probablemente hasta los 30 metros en función de la región en la que nos encontremos, se pierde esta visibilidad, entonces el sentido de la vista no es una opción para ellas“, dice Español-Fernández. “Han desarrollado es el sonido y la acústica de una forma mucho más específica de lo que lo tenemos nosotros los humanos”.

 

La ballena azul, por ejemplo, tiene un rango de frecuencia más bajo, lo que significa que la propagación de su sonido va a llegar muy lejos, a cientos de kilómetros de distancia. Por eso es tan importante el sonido para ellas, porque es su fuente y su principal estrategia de comunicación. Algo relevante en una especie que funciona en comunidad, donde cada población tiene diferentes tipos de sonidos.

En Chile, existen 43 especies de cetáceos, es decir que casi tenemos el 50% de lo que podríamos encontrar a nivel mundial, y una de las principales amenazas de su extinción es debido al hombre.

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“Actualmente la principal amenaza que tienen los mamíferos marinos, incluida la ballena, es el hombre, y el hombre en diferentes contextos”

El plástico es uno de los temas más importantes a considerar. Los restos de este material que se lanzan al océano produce que las ballenas y los cetáceos en general “se enmallen, se enreden, se puedan estrangular”. También, la contaminación acústica producida por las embarcaciones y el tráfico marítimo, aumenta los riesgos de colisiones y hacen que las ballenas pierdan su capacidad de comunicación.

Además, las ballenas son de los animales más importantes para la producción del oxígeno que respiramos. Ellas bajan hasta las profundidades del mar para alimentarse de Krill, un animal muy pequeño que produce fitoplancton. Luego de que lo atrapan, suben a la superficie y eliminan una gran cantidad de masa que logra transformar el dióxido de carbono que hay en el aire en oxígeno.

Como las ballenas migran tanto, son unas de las principales especies abonizadoras de nuestro ecosistema.

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