Parecen manchas, quizás planetas lejanos pero, no. Son las primeras imágenes del coronavirus bajo el potente lente de un microscopio.
Por primera vez desde su surgimiento en la ciudad china de Wuhan, a fines de diciembre del año pasado, finalmente se puede ver tal y como es en la vida real y no solo en las ilustraciones o animaciones que se conocían hasta el momento.
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Es el rostro de algo que resulta invisible al ojo humano, pero que ha sido responsable de la muerte de miles de personas en todo el mundo provocando una pandemia.
“Se puede ver claramente, la envoltura membranosa que tiene el virus. donde se encuentra la proteína S. Proteína que le permite reconocer que células va a infectar”, explica Ricardo Soto Rifo, profesor asociado de Virología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Allí la radica la importancia de estas fotografías. Científicos podrían comprender de qué manera ataca o cómo se distribuye en nuestro organismo.
“Se puede ver cómo a partir de una sola célula, se pueden infectar cientos y miles de partículas, la cuales van a volver a infectar otras células”, agrega el profesor Soto Rifo.
Las imágenes ayudan a entender la importancia del jabón. El virus es el color amarillo, mientras que las células humanas están en azul, morado y rosado. Al estar en contacto con el líquido jabonoso, este destruye la membrana lípida. O sea, la que recubre el virus y así lo destruye.
“Podemos ver el virus que está saliendo de la célula. En el costado izquierdo, en la parte de atrás de la foto, se ve una partícula o en realidad una célula animal que es bastante grande y está saliendo de esta célula el coronavirus“, comenta el doctor Rodrigo Del Río.
No solo la fiebre
Cada día son más comunes los registros que se viralizan en redes sociales, y que encuentran condiciones similares en diversas partes del mundo: Una repentina pérdida de olfato y gusto.
Las cifras indican que uno de cada tres pacientes estaría presentado esta condición. Y, en países como Alemania, llegan a dos de cada tres.
Especialistas aseguran que si bien no sería algo tan novedoso, al tratarse de efectos propios causados infecciones respiratorias, llaman a considerar el indicio en casos de COVID-19 y que se tome la pérdida repentina del olfato y el gusto como un indicador clínico de la enfermedad.
“Lo que es reciente en los últimos días es que se da con bastante frecuencia en infecciones por coronavirus“, señala el doctor Gonzalo Nazar, otorrinolaringólogo de la Clínica Las Condes. “Se debe a que este virus inflama, infecta la mucosa, las vías respiratorias y, en particular, inflama los receptores de olfato, que están en el techo en la parte alta de la fosa nasal“.
Eso es lo que estaría provocando un virus hoy el mundo ya puede conocer cómo luce. Síntomas que en pacientes crónicos podrían tener un periodo de mayor extensión, producto de lo nocivo, que hasta ahora, resulta ser el virus.
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