En una entrevista con Futuro 360, Ariana Stolarz, Directora Global de Estrategia y Práctica de Marketing de Accenture, abordó las implicancias de la tecnología y la inteligencia artificial (IA) en el ámbito de la creatividad y el contenido. Stolarz, quien reside en Nueva York y ha tenido una carrera diversa, incluyendo su rol como presidenta del jurado del Festival Internacional de Cannes de la Creatividad, compartió sus reflexiones sobre el futuro de la creatividad en un mundo cada vez más dominado por la tecnología.
Stolarz recordó cómo, hace 25 años, la irrupción de internet planteó preguntas similares a las que hoy se hacen sobre la IA. “La tecnología debe estar al servicio de nosotros, para mejorar nuestras vidas y experiencias”, señaló, subrayando la importancia de que la tecnología se utilice para potenciar el desarrollo humano y no para reemplazarlo.
Respecto a la inteligencia artificial, Stolarz destacó que, aunque la IA puede generar historias y contenido, hay aspectos del contexto y el entendimiento humano que no puede replicar. “Los documentales tienen que ser primero vividos, después contados“, afirmó, ejemplificando con la película Barbie, que requería capas de entendimiento y contexto que la IA no podría haber creado.
Stolarz enfatizó que la creatividad sigue siendo un proceso visceral y físico, que se nutre de la colaboración en persona y el uso de materiales táctiles. “Las mejores contribuciones al proceso creativo vienen de estar juntos, físicamente, en una sala, utilizando pizarrones y post-its”, comentó, destacando la importancia de las interacciones humanas en el proceso creativo.
En cuanto al impacto de la tecnología en la vida diaria y laboral, Stolarz abogó por utilizar la IA para eliminar tareas burocráticas y repetitivas, permitiendo a las personas enfocarse en actividades más significativas y creativas. “La tecnología puede sacar ese ruido del día a día, permitiéndonos hacer más de lo que nos gusta”, dijo.
Además, la ejecutiva reflexionó sobre la necesidad de fomentar una mentalidad de crecimiento, esencial en un mundo en constante cambio. “No ser conformista, cuestionar las convenciones y buscar siempre una mejor manera de hacer las cosas”, es la clave para mantenerse relevante y evitar la disrupción, según Stolarz.
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