Un importante avance para ayudar a personas con discapacidad visual ya está disponible. Se trata de uno que, solo en Chile, podría cambiar la vida de más de 850 mil personas. Son anteojos para no videntes, que permiten reconocer el entorno para un mejor desplazamiento.
Las investigaciones sobre esta materia también presentan importantes novedades en nuestro país. La tecnología entrega posibilidades que han sido anheladas desde siempre por aquellas personas que han perdido o nacieron sin el sentido de la vista.
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“Lo que nosotros queremos es que sean autosuficientes y autónomos a la hora transitar un paso de peatones o esquivar algún obstáculo”, Aidar Dackas, fundador del proyecto Delta Liberty.
Esta pensado para personas no videntes y es una tecnología que en términos sencillos reemplaza la vista por el tacto. Funciona con emisión de ondas, sensores de distancia y vibración.
“Emite una onda que viaja por el aire que choca con cualquier objeto, ya sea una pared o un objeto puntual, vuelve la onda y entra por el otro agujero. Calcula la distancia entre el objeto y el sensor. Toso esto lo trasnmite a las bandas que emiten vibraciones. Vibra con más o menos fuerza según la distancia“, explica el fundador del proyecto Delta Liberty.
Es una percepción de lo que rodea a cualquier persona, pero con esta tecnología los no videntes logran una percepción de forma distinta. Según los expertos, este mecanismo refleja una experiencia que permite orientar a quien la utilice sin que requiera ningún tipo de asistencia, lo que les brinda la autonomía que pudieran haber perdido con el sentido de la vista.
“Uno no ve con el ojo, ve con el cerebro”, comenta Pedro Maldonado, investigador BNI en la Facultad de Medicina de la U. de Chile y agrega que con estos anteojos “reciben una sensación en los pies que les ayudan a identificar si hay un objeto y así evitar chocar. Entonces, reemplazan una modalidad sensorial visión por otra, con el tacto, que les permite navegar en el mundo“.
En Chile, más de 850 mil personas presentan deficiencia visual y 80 mil son no videntes. Por eso, investigadores avanzan en cómo desde la neurología, se podrían sumar respuestas frente a este tipo de condición.
“Si hay pérdida del ojo, llegar directamente al cerebro y poder restaurar alguna clase de percepción visual sin que uno, necesariamente, tenga el sensor y eso es importante porque es otra estrategia terapéutica”, agrega el investigador de la U. de Chile.
Tecnología al servicio para personas con capacidades diferentes, que nos podrían permitir pensar en un futuro mucho más inclusivo.
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