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Amber Case protagonizó la primera charla magistral de la quinta jornada de Congreso Futuro 2019. La licenciada en Sociología y Antropología del Instituto de Palo Alto California se refirió a los problemas del desarrollo de la tecnología actual y las limitantes que están estableciendo en el desarrollo humano.

La experta afirmó que todos somos cyborgsya que “no es necesario ser como Robocop para ser uno. Cada vez que utilizamos un aparato digital para amplificar nuestras capacidades humanas nos transformamos en una persona-máquina”. Además, afirmó que los smartphone se han vuelto parte de nosotros como una forma de interacción “tecnosocial”.

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Case declaró que la tecnología digital fue pensada como una herramienta para expander las capacidades humanas de comunicación y transmisión de información, pero apunta que, a diferencia de utensilios como el martillo, los smartphone se están volviendo “como un cigarro, llenando nuestros espacios libres”. Luego, estableció la pregunta: “¿Necesitamos tecnología más inteligentes o humanos más inteligentes?”

Discutiendo que “nos preocupamos más de nuestros celulares que de nosotros mismos”, se cuestionó que pasaría si todos los aparatos que nos rodean se volvieran inteligentes. Habló de la poca utilidad de ciertos dispositivos de línea blanca con I.A. incluidos. “No es necesario que un refrigerador sea smart, uno se puede dar cuenta que los plátanos están malos porque se ponen negros”, apuntó.

La socióloga y antropóloga sostuvo que los seres humanos estamos confiando demasiado en la inteligencia artificial, ejemplificando con el caso de un sistema automático de alimentación para mascotas que falló, afirmó que “esta tecnología es desarrollada por personas, y también puede presentar fallas”.

Case propuso el desarrollo de tecnologías “calmadas”, en base a investigaciones de Xerox-Parc llevada a cabo a mitades de los ’90. “Una herramienta es buena cuando es invisible. Es decir, cuando la persona se centra en la acción y no en el objeto”, declaró. Mientras que las redes sociales son el foco principal de concentración, ya que “el interfaz funciona como una sociedad; establece el marco de las acciones que puedes realizar“, concluyó.

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Para alcanzar el objetivo propuesto anteriormente, la académica propone un curso de acción para la construcción de nuevos dispositivos tecnológicos. En primer lugar, afirma que deberían ser diseñados para “ser utilizados sólo cuando sea necesario”, tal y como un hervidor.

En segundo lugar, explica que para calmar el desarrollo tecnológico se debe pensar en productos con integración de “percepción periférica”. Es decir, que permita concentrarse en más de una cosa al mismo tiempo, como lo son los autos. En tercer lugar habló de cómo los nuevos aparatos “deberían adaptarse a las sensaciones y emociones humanas”.

Asimismo, sostuvo que la tecnología “debería sacar lo mejor de nosotros, entendiendo que las inteligencias artificiales son una especie diferente, tal y como un perro“.

Para concluir, entregó el ejemplo de los tamagotchiaparatos que no eran perfectos y “necesitaban nuestra ayuda”. Según la experta, esto crearía cercanía con el usuario, consiguiendo una relación orgánica.

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