En 1969, el presidente Eduardo Frei Montalva dio permiso para cortar la transmisiones de un país que se recuperaba del terremoto más grande la historia, ocurrido en Valdivia, apenas 9 años antes.
Gracias a un grupo de arriesgados ingenieros, la antena Longovilo 1 pudo hacer conexión con la señal global que estaba transmitiendo la NASA de la misión hacia la Luna del Apolo 11.
Hablamos de un Chile que estaba empezando a entrar en el mundo de las transmisiones digitales; la llegada del televisor fue anticipada por el Mundial de Fútbol de 1962.
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Si bien los recuerdos de este maravilloso hecho científico son recordados con ternura, las personas lo recuerdan con algo de tristeza. Algunas, porque buscaban un significado más profundo en tanto al avance de la ciencia y no en tanto a una demostración de fuerza relacionada al contexto de la Guerra Fría.
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A la vez, otros se preguntan si se repetirá en la historia una hazaña similar, manteniendo la esperanza de llegar a Marte en un futuro próximo.
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