La terapia Gestalt es una psicoterapia que busca que el paciente llegue a ser más completo y creativamente vivo, liberándole de los bloqueos y asuntos inconclusos que disminuyen su autorrealización.
Se enmarca dentro de la psicología humanista, ya que pone énfasis en las vivencias subjetivas de cada persona y trabaja con una concepción del ser humano como agente capaz de desarrollarse de forma libre y autónoma.
La terapia Gestalt surgió en el primer tercio del siglo XX como reacción al conductivismo, que hacía énfasis en los efectos que el contexto familiar tiene sobre nosotros. A diferencia de ellos, los investigadores que se adscribían a la teoría Gestalt se preocupaban básicamente por estudiar los procesos mentales.
El concepto es una palabra alemana que muchas veces se traduce al español como “forma” y, llevado al plano psicológico, representa el proceso por el que construimos y percibimos la realidad. En un sentido simplista, se entiende como “totalidad”.
Fue acuñado por el matrimonio de Fritz Perls y Lore Posner, quienes pensaban que la vida era una gran Gestalt que siempre se encuentra en movimiento, y que el organismo tiene la capacidad de autorregularse obedeciendo a ella.
Según sus planteamientos, el proceso completo de una Gestalt se inicia con una necesidad, seguida por la toma de conciencia de ella (awareness), la excitación, el reposo y, finalmente, con el surgimiento de una nueva necesidad.
El psiquiatra Claudio Naranjo, uno de los expositores del VII Congreso Futuro, fue parte del Instituto Esalen (centro de educación de terapias humanistas) y aprendiz de Perls y, como tal, uno de los principales representantes de este movimiento a nivel internacional.
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