Los pulpos, y toda la rama de los cefalópodos coleoideos, que incluye calamares y jibias, son considerados los invertebrados más inteligentes del planeta.
Biofísicos y biólogos concuerdan en que la genética de esta especie animal, particularmente la de los pulpos, ha logrado una sofisticación conductual única que los hace únicos dentro del reino animal.
El pulpo es el invertebrado con el cerebro más grande y su inteligencia guarda semejanzas con la de los humanos. Quienes lo investigan, dicen que han evolucionado de manera tan distinta que es muy difícil comprender hasta qué punto llegan sus capacidades. En la Academia de Ciencias de California tienen que inventar puzzles para que sus pulpos no se aburran, y aunque tiene ocho tentáculos que aparentemente podrían atraparnos, este animal está lejos de ser una especie siniestra como la han popularizado las películas.
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Como muestra la bióloga Tammi Dewitt del Museo Natural Smithsonian, los musculosos “brazos” del pulpo gigante del pacífico, son utilizados para capturar sensaciones, y esa curiosidad por captar su alrededor, sería una de las claves para convertir a este invertebrado en uno de los animales más inteligentes del planeta.
Un equipo de científicos dirigido por Joshua Rosenthal del Laboratorio de Biología Marina, y Eli Eisenberg de la Universidad de Tel Aviv, ha demostrado que los pulpos y sus parientes practican un tipo de alteración genética llamada edición de ARN. Algo muy raro de encontrar en el resto del reino animal . Lo utilizan para ajustar la información codificada por sus genes sin alterar los estos en sí mismos. Lo hacen extensivamente, en mucho mayor grado que cualquier otro grupo de animales.
Como recoge el sitio The Atlantic el equipo liderado por Rosenthal, descubrió que la edición de ARN abunda especialmente en las neuronas de los cefalópodos. Lo usan para recodificar los genes que son importantes para sus sistemas nerviosos. “Los humanos no tienen esto. Los monos no lo hacen. Nada tiene esto, excepto los coleoides”, dice Rosenthal en la edición.
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