En una cueva, al sur de Francia, se descubrio la evidencia más antigua del uso de arcos y flechas por parte de los humanos modernos hace unos 54.000 años, mucho antes del récord anterior de 9.000 mil años.
El descubrimiento sugiere que los primeros homo sapiens que llegaron a Europa cazaban con arcos y flechas. Pero también abre la interrogante de por qué los neandertales, que ocuparon el refugio rocoso Grotte Mandrin en el valle del Ródano antes y después del homo sapiens, nunca adoptaron estas armas superiores.
“Estas tecnologías, asociadas a los restos humanos modernos más antiguos que se conocen actualmente en Europa, representan el bagaje técnico de estas poblaciones durante su primera incursión en el continente”, se lee en la investigación publicada en la revista Science Advances.
Niño encontró un cráneo de 700 mil años de antigüedad mientras paseaba por la playa https://t.co/nTfbXIE4TW pic.twitter.com/S3VYRf0pby
— Futuro 360 (@futuro_360) July 1, 2022
Grotte Mandrin, que fue excavada por primera vez en 1990, posee capa tras capa de restos arqueológicos que datan de más de 80.000 años. Durante 2022, en el nivel conocido como Capa E, los investigadores dirigidos por el antropólogo Ludovic Slimak, de la Universidad de Toulouse-Jean Jaurès, identificaron un diente de niño y miles de herramientas de piedra.
Por ello, se realizó un análisis funcional de los artefactos de pedernal encontrados en la Capa E que se ejecutaron con mayor precisión que las puntas y las cuchillas en las capas superior e inferior. Las diminutas puntas de pedernal fueron claves.
De esta forma, los investigadores reprodujeron las diminutas puntas de pedernal encontradas en la cueva, algunas de las cuales son más pequeñas que un centavo estadounidense, y las dispararon como puntas de flecha con un arco de réplica a animales muertos.
La evidencia sugiere que los neandertales y el homo sapiens que solían estar en la cueva probablemente se conocieron en algún momento, aunque “no sabemos la naturaleza de la reunión, si fue agradable o no”, señaló Laure Metz de la Universidad Aix Marseille, co-autora del estudio.
De acuerdo a Metz, los ocupantes de la cueva habrían cazado caballos, bisontes y ciervos, ya que en el interior se han encontrado huesos de animales.
“Las tradiciones y tecnologías dominadas por estas dos poblaciones eran, por lo tanto, profundamente distintas, lo que ilustra una notable ventaja tecnológica objetiva para las poblaciones modernas durante su expansión en el continente europeo”, sostienen los investigadores.
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