Los perros pueden derramar lágrimas de alegría cuando se reúnen con sus dueños, según estudio

La comunicación entre un perro y un humano se basa en formas de expresión no verbales y corporales. Con el paso del tiempo, los perros han desarrollado la capacidad de leer los movimientos de nosotros para adaptarse  a las comunidades.

Con un movimiento de cola o un salto juguetón, las personas saben identificar cuando estos animales están felices. Ahora, un estudio publicado en la revista Current Biology demostró que los perros también pueden derramar lágrimas de alegría.

El equipo de científicos, encabezado por Takefumi Kilkusi de la Universidad de Azabu, descubrió que “los perros derraman lágrimas asociadas a las emociones positivas”, sostuvo. La oxitocina “conocida como la hormona materna o del amor, es el posible mecanismo subyacente”, indicó el investigador.

Kikusui decidió investigar las lágrimas de los perros tras observar a una de sus poodles cuando tuvo cachorros hace seis años. Se dio cuenta de que sus ojos se llenaban de lágrimas cuando amamantaba a sus crías.

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Los científicos decidieron realizar un experimento estándar conocido como “prueba de las lágrimas de Schirmer (STT)” utilizando a 20 perros y sus dueños. Esto consistió en colocar una tira de papel dentro de los párpados de los perros durante un minuto antes y después de que se reunieran con sus dueños tras cinco o siete horas de separación.

Así comprobaron que las lágrimas aumentaban cuando se reunían con el humano cercano y no un desconocido.

“El volumen de las lágrimas se evaluó por la longitud de la parte húmeda en el STT. La línea de base era de unos 22 mm, y el reencuentro con el dueño la aumentó un 10%”, explicó Kikusui a CNN.

Además, pidieron a 74 voluntarios que calificaran las fotos de las caras de los perros, con y sin lágrimas artificiales. Resultó que las personas daban respuestas más positivas cuando veían perros con ojos vidriosos.

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“Nunca habíamos oído hablar del descubrimiento de que los animales derraman lágrimas en situaciones alegres, como el reencuentro con sus dueños, y todos estábamos entusiasmados de que esto fuera una novedad mundial”, destacó.

Estos resultados sugieren que la producción de lágrimas “ayuda a forjar conexiones más fuertes entre las personas y sus perros”.