Rapa Nui es famosa por sus colosales estatuas de piedra, conocidas como moai, y ha sido citada durante mucho tiempo como un ejemplo de ecocidio.
Según esta teoría, popularizada por el autor Jared Diamond, los habitantes de la isla talaron palmeras a un ritmo insostenible para mover las estatuas y construir jardines, lo que resultó en un colapso ambiental y una dramática reducción de la población antes de la llegada europea en el siglo XVIII. Sin embargo, un nuevo estudio ofrece una perspectiva radicalmente diferente.
La investigación, publicada en Science Advances, empleó imágenes satelitales de alta resolución y aprendizaje automático para analizar los antiguos sitios de jardinería en roca de Rapa Nui. Estos jardines se utilizaban para cultivar alimentos como batatas, adaptándose a las limitaciones del suelo volcánico de la isla.
El Dr. Dylan Davis, coautor del estudio de la Universidad de Columbia, afirmó para The Guardian que la capacidad agrícola de Rapa Nui ha sido sobreestimada. “La isla no pudo haber soportado más de unos pocos miles de personas“, dijo Davis, sugiriendo que la población en su apogeo era de solo 2,000 a 4,000 habitantes, mucho menos que las cifras anteriores de hasta 17,000. Según el equipo, solo 0.76 km² de tierra se utilizaban para la jardinería en roca, una cifra muy inferior a las estimaciones previas.
La teoría del ecocidio asumía que se necesitaba una gran población para construir los moai. No obstante, el nuevo estudio indica que una comunidad más pequeña, mediante la cooperación, podría haber construido y transportado las estatuas.
Davis también apuntó que la llegada de la rata polinesia, que se alimenta de semillas, pudo haber contribuido al declive forestal, más que la actividad humana. Al llegar los europeos, encontraron una sociedad que vivía de manera sostenible, utilizando jardines de roca en una tierra mayormente infértil.
La profesora Sue Hamilton, experta en Rapa Nui del University College London, destacó que el estudio no es el primero en cuestionar la narrativa del ecocidio, y aunque consideró el trabajo “ingenioso”, señaló limitaciones, como la dificultad de extrapolar el tamaño de la población a partir de los jardines de roca, los cuales podrían datar de diferentes épocas.
Deja tu comentario