La monja francesa Lucile Randon, conocida como la persona más anciana de la Tierra, murió a los 118 años. Su deceso ocurrió la noche del lunes, en una residencia de ancianos ubicada al sur de Francia.

“Murió a las 2 de la madrugada. Hay una gran tristeza, pero ella quería, era su deseo reunirse con su querido hermano. Para ella es una liberación”, señaló a través de un comunicado la residencia Sainte-Catherine-Labouré.

La mujer fue nombrada como la más longeva por el Gerontology Research Group, que comprueba datos de personas que superen los 110 años. Además, logró este reconocimiento tras la muerte de la japonesa Kane Tanaka, de 119 años, el año pasado.

La hermana Lucile no solo vivió y logró superar complejos difíciles para la humanidad como el período de entreguerras, también fue una de las personas sobrevivientes con COVID-19 más longeva del mundo, luego de contraer el virus un poco antes de su cumpleaños 117 en 2021.

Su figura se hizo reconocida por medios locales, y cuando fue consultada por su longevidad señaló a los medios franceses: “Dicen que el trabajo mata, pero es el trabajo lo que me ha mantenido viva, trabajé hasta los 108 años”.

Tras su Muerte, María Branyas Morera de 115 años, nacida en Estados Unidos y residente en España, se convierte en la persona conocida más anciana del mundo según lo informado por Gerontology Research Gropup.

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