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Para muchas personas una buena fiesta o ceremonia necesita casi por obligación la presencia de música. Ahora, una nueva investigación reveló que los humanos de la edad de piedra también pensaban algo similar, aunque habrían usado dientes de animales para ambientar sus celebraciones.
Expertos de la Universidad de Helsinki, ubicada en Finlandia, descubrieron que ciertos cazadores-recolectores habitantes de nuestro planeta hace más de 8 mil años no solo escuchaban, sino que también bailaban con los sonidos generados por estos inusuales instrumentos.
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“Los adornos compuestos de dientes de alce suspendidos o sembrados sobre la ropa emiten un fuerte traqueteo cuando se mueven”, manifestó en un comunicado de prensa la arqueóloga auditiva y una de las autoras del estudio Riitta Rainio.
El equipo dirigido por Rainio usó colecciones de dientes provenientes del cementerio de Yuzhniy Oleniy Ostrov, en Rusia. Con ellos, crearon piezas similares a las que habrían usado los humanos en la prehistoria y las pusieron a prueba.
Durante los ensayos, la investigadora bailó durante seis horas seguidas mientras llevaba puesta una versión moderna de los antiguos adornos. El objetivo de Rainio fue estudiar el desgaste de cada pieza dental con el paso del tiempo mientras realizaba su danza.
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Los dientes desgastados por el baile se analizaron en busca de marcas microscópicas antes y después para, posteriormente, ser comparados con los originales de Yuzhniy Oleniy Ostrov. Tras estos análisis, el equipo descubrió un gran parecido entre los restos actuales y antiguos.
“Los cascabel de dientes de alce son fascinantes, ya que transportan a la gente moderna a un paisaje sonoro que tiene miles de años y a sus ritmos emocionales que guían el cuerpo. Puedes cerrar los ojos, escuchar el sonido de los cascabeles y dejarte llevar por las ondas sonoras”, manifestó la especialista.
Los resultados completos fueron publicados en la revista Cambridge Archaeological Journal.
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