En Japón, se ha creído durante mucho tiempo que el pueblo Hirota, que vivió en la isla de Tanegashima alrededor del siglo III al VII EC, incursionó en la práctica de modificar intencionalmente los cráneos de sus bebés.
Aunque no hay pruebas contundentes de esta práctica, científicos de la Universidad de Kyushu y la Universidad de Montana analizaron algunos de los cráneos y los comparó con otros restos encontrados del mismo período de tiempo en Japón.
“Nuestros resultados revelaron una morfología craneal distinta y una variabilidad estadística significativa entre los individuos de Hirota con las muestras de Kyushu Island Jomon y Doigahama Yayoi”, dijo en un comunicado la autora principal, Noriko Seguchi.
De acuerdo a los expertos, la morfología inusual de las formas de la cabeza del cráneo del sitio “no se ha encontrado en ninguna otra región del archipiélago japonés”.
“La presencia de una parte posterior aplanada del cráneo caracterizada por cambios en el hueso occipital, junto con depresiones en partes del cráneo que conectan los huesos, específicamente las suturas sagitales y lambdoideas, sugirieron fuertemente una modificación craneal intencional”.
De esta forma, el estudio publicado en la revista PLOS ONE revela que aunque “la motivación de la práctica no está clara”, la gente de Hirota puede haber deformado sus cráneos para “preservar la identidad del grupo y posiblemente ayudar en el comercio de mariscos a larga distancia”.
El análisis señala que las anomalías morfológicas en las suturas craneales se evaluaron visualmente utilizando nuevos “métodos de visualización en 3D” de las superficies craneales externas.
“Nuestros hallazgos contribuyen significativamente a nuestra comprensión de la práctica de la modificación craneal intencional en las sociedades antiguas”, concluyó.
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