Hace unos 14 mil años, la cuenca de la Pampa del Tamarugal era un lugar completamente diferente, muy alejado de la zona árida y difícil para la adaptación de flora y fauna que es en la actualidad.
De hecho, un nuevo estudio liderado por investigadores chilenos, argentinos y franceses, evidenció el primer registro en territorio nacional de un “taxón del clado Canis asignado al cf. Aenocyon dirus”, es decir, un pariente lejano del perro y el lobo. En específico, se trata de una extremidad posterior del animal que está parcialmente completa.
La académica y líder del estudio de la Universidad de O’Higgins, Natalia Villavicencio, aseguró que el hallazgo es “importante porque registra, por primera vez en Chile, a la especie Aenocyon dirus y amplía su registro en América del Sur”.
En relación a la comparación de características morfológicas con otros cánidos ya extintos, llevó a los investigadores a concluir que probablemente pertenece a un Aenocyon de pequeño tamaño, pariente del Aenocyon dirus, conocido como el lobo gigante de América del Norte, especie extinta que habitó el Pleistoceno y que es considerado un pariente cercano del lobo gris moderno.
“Hasta este hallazgo solo sabíamos de su presencia en localidades paleontológicas de Venezuela, Perú y Bolivia”, agregó académica.
Un pariente cercano del lobo gris moderno
Los restos tienen una edad de más de 14 mil años, época cercana a lo que se conoce como el Evento Pluvial de los Andes Centrales, donde la cuenca de la Pampa contó con mayor humedad y precipitaciones.
Esto permitió un aumento en la vegetación, que resultó en cambios en los ecosistemas y en la disponibilidad de recursos naturales para animales y para las primeras comunidades humanas del sector.
De acuerdo a lo expresado por los investigadores, los registros fósiles de cánidos del Pleistoceno de Chile no son frecuentes y generalmente se encuentran incompletos en toda América del Sur.
En Chile, la mayoría de los descubrimientos son parte del “Clado Cánido Sudamericano” y fueron hallados en la Patagonia.
“El hallazgo, además de ser muy novedoso a nivel nacional y continental, también completa aún más la reconstrucción de los ecosistemas pasados de la Pampa del Tamarugal, en donde hemos descubierto varias especies extintas como caballos y perezosos gigantes. Ahora también sabemos que un lobo rondaba esos paisajes”, finaliza la experta.
La académica, junto a sus colegas Francisco Caro, Rafael Labarca, Francisco Prevosti, Gabriela Jarpa, Katherine Herrera, Jacqueline Correa-Lau, Claudio Latorre y Calogero Santoro, de las universidades de Tarapacá, Católica de Chile, Nacional de La Rioja (Argentina) y Nanterre (Francia), participaron de la investigación en la zona.
La investigación fue publicada en Journal of Vertebrate Paleontology.
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