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Las minas de sal de Hallstatt en Austria han sido ocupadas constantemente durante más de dos mil milenios, por lo que para los científicos ingresar a ella e investigar cómo ha cambiado el microbioma intestinal de la humanidad a lo largo del tiempo.
Fue allí donde descubrieron una serie de heces excepcionalmente bien conservadas que datan de hace unos 2.700 años, las cuales aún conservaban restos de ADN de dos tipos de hongos específicos que se utilizaban en alimentos y las bebidas fermentadas:
- Penicillium roqueforti: Utilizado principalmente en la producción del queso azul.
- Saccharomyces cerevisiae: Ingrediente principal de las cervezas.
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“Estos resultados arrojan nueva luz sustancial sobre la vida de los mineros de sal prehistóricos en Hallstatt y permiten una comprensión de las prácticas culinarias antiguas en general en un nivel completamente nuevo”, dijo Kerstin Kowarik, co-autor del estudio y académico del Museo de Historial Natural de Viena.
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Su descubrimiento publicado en la revista Current Biology demostró que Penicillium roqueforti es la evidencia más temprana de este tipo en la producción de queso en todo Europa.
“Los mineros de Hallstatt parecen haber aplicado intencionalmente tecnologías de fermentación de alimentos con microorganismos que todavía se utilizan hoy en día en la industria alimentaria“, agregó Frank Maixner, co-autor del estudio.
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