Es de conocimiento popular que luego de cualquier gran terremoto vienen las infaltables réplicas. Siendo normalmente sismos más pequeños que el original, pero de todas formas potencialmente peligrosos, estos se generan por el reajuste del sedimento luego de un fuerte movimiento telúrico.
Sin embargo, ¿cuánto tiempo puede pasar para que las réplicas sigan ocurriendo? Un nuevo estudio sugiere que algunas áreas del mundo pueden experimentar réplicas hasta décadas o incluso siglos después del terremoto original.
¿Hasta cuando puede ocurrir una réplica?
Si bien en países sísmicos, como Chile, es difícil diferenciar entre nuevos sismos y réplicas, diferenciar entre ambos tipos de movimiento para evaluar el control de riesgos y desastres. El nuevo estudio, publicado en la revista Geophysical Research: Solid Earth, hizo un análisis geológico de Norteamérica, un territorio relativamente estable donde los terremotos son poco comunes. La investigación de esta área le facilitó a los investigadores establecer de mejor forma el margen de tiempo dentro del cual puede ocurrir una réplica.
A través de análisis estadísticos, los especialistas evaluaron la temporización y el agrupamiento de los temblores que siguieron a tres terremotos históricos de magnitud 6.5 a 8: uno cerca del sureste de Quebec en Canadá en 1663; un trío de temblores alrededor de la frontera entre Missouri y Kentucky de 1811 a 1812; y un terremoto en Charleston, Carolina del Sur, en 1886.
Sus resultados sugirieron que el temblor de Quebec en 1663 probablemente se haya extinguido por sí mismo, pero que casi un tercio de los temblores modernos en la zona de Missouri-Kentucky son muy probablemente réplicas del evento de 1811-12, y aproximadamente el 16% de los temblores recientes en la región de Charleston son probablemente réplicas del temblor de 1886.
En un país sísmico como lo es Chile, es bastante difícil determinar qué cantidad de sismos son réplicas o nuevos sismos, pero esperamos que pronto se aplique un modelo similar para identificar cómo surgen los movimientos telúricos de nuestro país y así desarrollar una forma de anticiparnos a ellos.
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