No todo lo que brilla es oro, dice un antiguo refrán.
Durante mucho tiempo se pensó que el brillo dorado de los fósiles amonites, procedentes de la cantera de Ohmden en Alemania, obtenían su brillo de la pirita (conocida como el oro de los tontos), pero ahora científicos de la Universidad de Texas (UT) sostiene que el tono dorado proviene de una mezcla de minerales que revela las condiciones en las que se formaron las piezas.
El esquisto de posidonia es la fuente de muchos de estos fósiles de tonos dorados, en particular los de la vida marina como los embriones de calamares e ictiosaurios que existieron a principios del Jurásico Temprano.
Un sitio de fósiles descubierto en Gales revela formas de vida tempranahttps://t.co/6IbDLtOt3q
— Futuro 360 (@futuro_360) May 2, 2023
“Los fósiles que parecían dorados, se conservan como minerales fosfatados con calcita amarilla. Esto cambia drásticamente nuestra visión de este famoso depósito de fósiles”, indicó en un comunicado el coautor del estudio Rowan Martindale, profesor asociado en el Departamento de Ciencias Geológicas de la Escuela de Geociencias de UT Jackson
El equipo usó microscopios electrónicos de barrido para observar más de cerca los restos se remontan hace 183 millones de años. Aunque los investigadores descubrieron rastros de cristales microscópicos de pirita llamados framboides, en su mayoría encontraron compuestos relacionados a los minerales de fosfato.
La composición de estos fósiles revela pistas sobre el entorno en el que se formaron hace millones de años. Los minerales de fosfato necesitan oxígeno, esto sugiere que inicialmente el fondo del mar era anóxico (sin oxígeno), lo que ayudaba a preservar los fósiles, pero que se necesitaba oxígeno para estimular los procesos químicos necesarios para este tipo de fosilización.
La investigación fue publicada en Earth Science Reviews.
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