Durante el periodo Ordovícico aparecieron los primeros insectos, que cruzaron los inmensos y primitivos bosques de helechos, ficas y coníferas.
Los insectos han habitado el planeta desde antes de la época de los dinosaurios y los chinches han sido compañeros parasitarios de otras especies, aparte de los humanos, durante más de 100 millones de años. El entomólogo chileno, Eduardo Faúndez, realizó un nuevo hallazgo de un fósil de millones de años de antiguedad que aporta nuevos antecedentes sobre este espécimen.
Mientras estaba en medio de una investigación en Chile, el Dr. en Entomología de la North Dakota State University, el experto descubrió el chinche de ojos grandes petrificado más antiguo del planeta.
A finales del siglo XX, la ciencia encontró evidencia de un fósil hallado en un yacimiento ubicado en Colorado, Estados Unidos, que fue datado con una antigüedad de 34 millones de años. En cambio, el que encontró el Dr. Faúndez tiene 99 millones de años de antigüedad.
En busca de relaciones ancestrales
Faúndez quería buscar ancestros de los chinches subantárticos en los bosques de araucaria de Myanmar, antiguo Birmania, y para ello compró material descartado por las minas de ámbar de ese país.
Hace 100 millones de años, los bosques de ahí eran de araucarias, parecidos a los que existen en Chile. En una de las muestras, Faúndez encontró “algo muy raro” y ahí contactó a otros especialistas y llegaron a la conclusión de que “era un bicho de esta familia y era algo muy extraño haberlo encontrado en esas circunstancias”.
“El ámbar de esa zona se vende para joyería, pero (…) tiene bichos o cosas así, prácticamente, casi lo desechan (…). Entonces, uno compra un lote y no sabe lo que va a venir”, contó el experto en un comunicado.
La pieza de ámbar que contiene el fósil estudiado procede de Noije Bum. “La mayoría los conoce como chupa sangre, pero éstos son depredadores. Cazan bichos más chicos y hoy incluso se ocupan para control biológico (…)”, agregó.
El investigador de la Universidad de Magallanes (UMAG) junto a Dr. Péter Kóbor, del Departamento de Zoología del Centro para Investigación en Agricultura de Hungría, y el Dr. Marcos Roca-Cusachs, del Departamento de Biología Evolutiva en la Universidad de Barcelona, señalan en el artículo que “la familia Geocoridae o comúnmente conocida como chinches de ojos grandes, es una peculiar familia de verdaderos bichos lygaeoideos tanto en términos morfológicos y ecológicos (…). Presentan una serie de rasgos morfológicos exoesqueléticos altamente especializadas que son únicas entre los verdaderos bichos ligeoideos, por ejemplo, ojos agrandados”
¿Cuál es la evolución de los representantes de la familia? “Prácticamente está sin estudiar”, dijo el académico. Pero el examen de los fósiles proporciona información útil sobre las filogenias y la evolución de los grupos estudiados.
“Ahora hay que hacer un análisis filogenético para reconstruir la historia de toda la familia. Quiero revisar la presencia de esta familia en Chile. Hay dos especies bien conocidas y una dudosa. También quiero mostrar los bosques de araucaria, a ver si encuentro algún fósil más ancestral que esté relacionado con este otro”, indicó Faúndez.
Deja tu comentario