Un equipo de científicos cree haber encontrado una explicación natural para la misteriosa señal ¡Wow! detectada en 1977, que durante décadas ha intrigado a los astrónomos.
Lejos de ser una comunicación alienígena, la señal podría haber sido un láser natural de microondas, conocido como máser, generado por la interacción entre una estrella de neutrones y una nube de hidrógeno.
La señal, captada hace 47 años por el astrónomo Jerry Ehman, fue un destello breve y potente de ondas de radio que nunca se repitió. Nuevas observaciones, lideradas por el astrobiólogo Abel Méndez de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo, han revelado emisiones similares en datos archivados del Observatorio de Arecibo. Estas señales provienen de las cercanías de la Estrella de Teegarden, una enana roja a 12,5 años luz de la Tierra.
El equipo sugiere que la señal ¡Wow! podría haberse producido cuando una poderosa llamarada de radiación, emitida por un magnetar o un repetidor suave de rayos gamma, atravesó una nube de hidrógeno, estimulando la emisión de un pulso de radiación en la longitud de onda de 1420 MHz. Esta hipótesis no solo explica la intensidad y frecuencia de la señal, sino también su rareza.
“Nuestra hipótesis introduce una nueva fuente de falsos positivos en las búsquedas de tecnofirmas y sugiere que la señal ¡Wow! podría haber sido el primer máser astronómico registrado en la línea de hidrógeno”, explican los investigadores. Aunque la teoría aún está en revisión, ofrece una solución plausible al enigma de una de las señales más intrigantes en la historia de la radioastronomía.
La investigación continúa con el análisis de más datos del proyecto REDS, en busca de nuevas pistas sobre el origen de esta misteriosa señal.
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