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Investigadores de la Universität Freiburg (Alemania), el Denver Museum of Nature & Science (EE.UU.), la Université d’Antananarivo (Madagascar) y la Stony Brook University (EE.UU.) descubrieron una nueva especie de la tortuga pelomedusoide en Madagascar.
La ancestral tortuga fue hallada en una formación geológica en un área de la isla que generalmente es rica en poseer fósiles de aves, mamíferos, cocodrilos e incluso dinosaurios.
El equipo llamó a la especie como Shanachelys mailakavava (el nombre proviene de una mezcla de malgache y griego. Significa tortuga rana de boca rápida) e identificaron que perteneció a la época Cretácita Superior y que era parte de la especie pelomedusoide, esto significa que era una tortuga de agua dulce y su longitud se extendía a medio metro.
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A diferencia de la mayoría de las tortugas que vivieron en esa época, la Shanachelys mailakavava poseía un caparazón y cráneo, las otras solo poseían uno u otro. Además, gracias a que tenía su esqueleto completo, la labor de descubrir su lugar en el árbol genealógico fue más fácil.
Shanachelys mailakavava es un predecesor de las tortugas podocnemididos, que en los tiempo modernos viven en América del Sur y Madagascar. Asimismo, gracias a este descubrimiento los investigadores confirman que la fauna de la isla era única en el Cretácico Superior.
La ancestral tortuga
El equipo señala que poseía una cabeza plana, con una lengua grande y una mandíbula inferior grácil, lo que probablemente le dio a su cabeza una apariencia parecida a la de una rana. También creen que era un animal alimentador de succión.
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Esto quiere decir que a diferencia de la mayoría de los depredadores acuáticos que atrapan a sus presas lanzándose y agarrándolas, estas tortugas mantenían su cabeza firme y usaban la succión que se desarrolla cuando abre la boca para atraer a la víctima a su cuerpo, ya que un gran número de ellas no poseía dientes.
Señalan que el resto de su estructura craneal estaba adaptada para crear succión, incluida la boca que formaba un círculo.
El estudio, publicado en la revista Royal Society Open Science, sugirió que se alimentaba de pequeñas presas como peces alevines, larvas de insectos o renacuajos.
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