Un equipo internacional de científicos dice que tiene una nueva visión de cómo sobrevivieron los primeros animales después de que se encontraran rastros de lo que describieron como la comida más antigua del mundo en un fósil de 550 millones de años.
Investigadores de la Universidad Nacional de Australia (ANU) analizaron fósiles antiguos del período Ediacárico luego de su descubrimiento en Rusia en 2018. Los hallazgos se publicaron en la revista Current Biology esta semana.
Algunas de las formas de vida más antiguas de la Tierra se conocen como la biota de Ediacara. Este grupo se basa en los primeros fósiles jamás descubiertos, que proporcionan evidencia de organismos multicelulares complejos.
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En un espécimen fosilizado de la babosa Kimberella, el equipo detectó moléculas de fitosterol conservadas en el intestino de la criatura. El producto químico, que se encuentra en las plantas, sugirió que comió algas y bacterias del fondo del océano.
El coautor del estudio, Jochen Brocks, profesor de la Universidad Nacional de Australia, dijo que las algas ricas en nutrientes pueden haber contribuido al crecimiento de Kimberella.
“La comida rica en energía puede explicar por qué los organismos de la biota de Ediacara eran tan grandes. Casi todos los fósiles que llegaron antes de la biota de Ediacara eran unicelulares y de tamaño microscópico”, agregó Brocks, según un comunicado de prensa.
Los paleontólogos sugirieron que Kimberella era probablemente una de las criaturas más avanzadas de la era de Ediacaran con boca y tripa y comida digerida de la misma manera que lo hacen los animales modernos.
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“Los científicos ya sabían que Kimberella dejaba marcas de alimentación al raspar las algas que cubrían el fondo del mar, lo que sugería que el animal tenía tripa”, explicó Brocks. “Pero fue solo después de analizar las moléculas del intestino de Kimberella que pudimos determinar qué estaba comiendo exactamente y cómo digería los alimentos”, dijo en el comunicado de prensa.
Otro organismo, llamado Dickinsonia, uno de los primeros animales de la Tierra, era una criatura menos avanzada, sin boca ni intestino. Crecía hasta 1,4 metros de largo y tenía un diseño en forma de costilla impreso en su cuerpo, según los investigadores.
Los fósiles de Kimberella y Dickinsonia fueron recolectados en acantilados cerca del Mar Blanco en el noroeste de Rusia en 2018 por el autor principal del estudio, el Dr. Ilya Bobrovskiy del Centro Alemán de Investigación de Geociencias GFZ. Completó el trabajo como parte de su tesis doctoral en ANU.
El Dr. Bobrovskiy indicó que los hallazgos están ayudando a los científicos a rastrear la evolución de los primeros animales y cómo se relacionan con sus descendientes en la actualidad.
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Describió a los animales de la biota de Ediacara, que vivieron en la Tierra antes de la “Explosión Cámbrica” que condujo al animal moderno, como “el origen de nosotros y de todos los animales que existen hoy”.
“[Ellos] eran una mezcla de bichos raros, como Dickinsonia, y animales más avanzados, como Kimberella, que ya tenían algunas propiedades fisiológicas similares a las de los humanos y otros animales actuales“, explicó en el comunicado de prensa.
“Estas criaturas son nuestras raíces visibles más profundas”, agregó.
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