Los tardígrados son animales microscópicos clasificados como extremófilos, es decir, capaces de sobrevivir en condiciones extremas.
Diversos estudios científicos han jugado a testar sus límites y los científicos descubrieron que hay algo a que los tardígrados no pueden sobrevivir: se trata de un disparo de un arma.
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Según señala Muy Interesante, en 2019 la nave espacial israelí Beresheet se estrelló contra la luna. Parte de su tripulación consistía en tardígrados llevados al espacio y se preguntaron ¿estarán vivos?
Durante su investigación, publicada en Revista Astrobiology, se testó la resistencia y estos fueron capaces de sobrevivir choques de hasta unos 825 m/s, pero no superiores.
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Para llevarlo a cabo, los investigadores congelaron a tardígrados de la especie Hypsibius dujardini y los pusieron “en el interior de balas de nilón para dispararlos a varias velocidades, entre 550 y 1000 m/s contra sacos de arena que pretendían imitar la superficie lunar”.
Mientras los tardígrados del grupo, tardaron en descongelarse y recuperarse unas nueve horas y a los ejemplares que consiguieron sobrevivir a los impactos, les tomó 36 horas volver a sus condiciones normales.
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