Luego de pasar unos años en el Museo Argentino de Ciencia Naturales de Buenos Aires, en Argentina, el fósil de una nueva especie de cocodrilo prehistórico vuelve al país.
Como parte de un proyecto colaborativo entre el Museo Regional de Aysén y la Universidad Andrés Bello, este fósil del mundo jurásico fue estudiado y preparado en Argentina, pero hace tan solo unos días volvió para ser exhibido en el Laboratorio de Paleontología de la Faculta de Ingeniería de la UNAB en Viña del Mar.
Cocodrilo jurásico de la Patagonia
En las vastas tierras de la Región de Aysén en 2004, un joven Diego Suárez Cruz (de 7 años) tropezó con pequeños huesos fósiles, desencadenando un viaje en el tiempo: encontró pequeños huesos fósiles.
Estos fueron estudiados, junto al área, por parte del Dr. Manuel Suárez y la geóloga Rita de la Cruz, quienes finalmente descubrieron los fósiles del dinosaurio y lo nombraron: Chilesaurus diegosuarezi.
Esta especie es intrigante, ya que compartía su hogar con tres especies de dinosaurios saurópodos y el antiguo cocodrilo Burkesuchus mallingrandensis.
Este cocodrilo, ahora reconocido como una nueva especie, Burkesuchus mallingrandensis, se convierte en una ventana hacia nuestro pasado.
Datado aproximadamente hace 148 millones de años, este espécimen de 70 centímetros de largo se ha ganado el título del “abuelo de los cocodrilos modernos”. Se cree que se alimentaba de invertebrados y poseía afilados dientes para capturar sus presas, una maravilla evolutiva que nos conecta con un mundo prehistórico intrigante.
Estos descubrimientos, considerados tesoros nacionales, han regresado a Chile después de un meticuloso proceso de estudio en el Museo Argentino de Ciencias Naturales en Buenos Aires. Ahora, los fósiles recién desenterrados están en exhibición en el Museo Nacional de Historia Natural y el Museo Regional de Aysén, ofreciendo a todos la oportunidad de admirar estas maravillas prehistóricas.
Este viaje a través del tiempo nos recuerda la importancia de la colaboración científica y la perseverancia. Cada hueso descubierto nos cuenta una historia, una narrativa fascinante de criaturas que una vez poblaron nuestra tierra.
Al observar estos restos fósiles, somos testigos directos de un capítulo perdido en la historia de nuestro planeta, una experiencia que nos invita a maravillarnos ante la inmensidad de la evolución y la vida en la Tierra. Así, gracias a la curiosidad de un niño y la dedicación de los científicos, el pasado cobra vida, recordándonos que la historia de nuestro mundo está llena de maravillas aún por descubrir.
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