El impacto de Chicxulub, que dejó un cráter colosal en la península de Yucatán y provocó la extinción de alrededor del 76% de las especies animales, ha sido objeto de una investigación liderada por el geoquímico Mario Fischer-Gödde, de la Universidad de Colonia.
Su equipo ha identificado que el objeto responsable no era un cometa, como se había sugerido anteriormente, sino un asteroide procedente de una región lejana y fría del Sistema Solar.
El equipo analizó isótopos de rutenio, un mineral raro en la Tierra, encontrado en la capa de sedimentos que data del evento de Chicxulub. Compararon estos isótopos con los de meteoritos conocidos y con muestras terrestres, concluyendo que el rutenio presente en esa capa proviene de una condrita carbonácea, un tipo de asteroide rico en carbono característico del Sistema Solar exterior.
Este hallazgo no solo confirma el origen extraterrestre del rutenio, sino que también señala que el asteroide fue uno de los pocos que lograron escapar de la influencia gravitacional de Júpiter para dirigirse hacia la Tierra. A diferencia de otros grandes impactos que han ocurrido en nuestro planeta, este asteroide provino de una región que normalmente no envía objetos tan grandes hacia el interior del Sistema Solar.
La investigación, publicada en Science, proporciona una nueva comprensión del evento que cambió la historia de la Tierra, y sugiere que incluso las regiones más alejadas del Sol pueden tener un papel crucial en el destino de nuestro planeta.
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