(CNN) -La descripción más temprana del cáncer proviene de un antiguo papiro egipcio. Sin embargo, por mucho tiempo se pensó que se había convertido en una enfermedad común solo en los últimos dos siglos.
Esto se debe, entre otras cosas, a una mayor esperanza de vida, hábitos como el tabaquismo y la exposición a sustancias químicas inductoras de tumores después de la revolución industrial.
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Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Cancer sobre esqueletos medievales ha sugerido que este padecimiento estaba más extendido de lo que se pensaba anteriormente, aunque todavía menos común que en la actualidad.
En el primer estudio de este tipo, investigadores de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, analizaron 143 esqueletos de seis cementerios que datan de entre los siglos VI y XVI.
Para detectar lesiones malignas, el equipo británico se centró en tres áreas con mayor probabilidad de contener un crecimiento maligno secundario en personas con cáncer: la columna vertebral, la pelvis y el fémur.
Los científicos inspeccionaron visualmente los huesos y utilizaron radiografías y tomografías computarizadas. El equipo descubrió que el 3,5% de las personas mostraban evidencia de cáncer metastásico, es decir, cuando el tumor maligno se disemina a una parte diferente del cuerpo de donde comenzó.
“La mayoría de los cánceres se forman en órganos de tejidos blandos degradados hace mucho tiempo (…) Solo algunos se diseminan a los huesos, y de estos, unos pocos son visibles, por lo que buscamos dentro de estos restos signos de malignidad”, sostuvo Piers Mitchell, miembro del proyecto.
Los expertos estimaron que entre el 9% y 14% de los británicos medievales desarrollaron cáncer. Este resultado se obtuvo considerando que las tomografías computarizadas modernas detectan metástasis óseas en cerca del 75% de las veces, además de la proporción de muertes por cáncer que involucran diseminación a los huesos.
Aflicción mayor
La investigación previa sobre las tasas de cáncer utilizando el registro arqueológico se ha limitado a examinar la superficie del hueso en busca de lesiones. Estos estudios anteriores sugirieron que el cáncer era poco común y afectaba a menos del 1% de la población, según el estudio.
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“Hasta ahora se pensaba que las causas más importantes de mala salud en la población medieval eran enfermedades infecciosas como la disentería y la peste bubónica, junto con la desnutrición y las lesiones debidas a accidentes o guerras“, manifestó la coautora Jenna Dittmar.
Incluso con esta estimación más alta, el cáncer todavía estaba mucho menos extendido en la época medieval que en la Gran Bretaña moderna, donde hay una prevalencia de cáncer del 40% al 50% en el momento de la muerte, según la nueva investigación.
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