Las momias son un repertorio infinito de posibilidades para comprender e interiorizar las culturas antiguas a través de su forma de ser sepultadas, cómo vestían y qué elementos las acompañaban a su “nueva vida”.
En pleno siglo XXI y gracias a los avances tecnológicos, se ha logrado reconstruir mediante inteligencia artificial los restos de personas fallecidas en Pompeya, y ahora conocer los traumatismos que sufrieron unas antiguas momias.
Utilizando un examen de tomografía computarizada 3D de tejidos blandos, investigadores internacionales se dedicaron a estudiar a tres momias de América del Sur precolombina presentes en museos europeos desde finales del siglo XIX.
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Momia de Marburgo: Perteneció a la cultura Arica, en el norte de nuestro país, y fue enterrada en cuclillas junto a un ajuar funerario que representa que pudo haber vivido en una comunidad de pescadores. Los análisis de radiocarbono a sus huesos revelaron que era un joven que murió entre 996 y 1147 d.C y tenía entre 20 y 25 años. Además, medía aproximadamente uno 1,72 metros de altura y sus pulmones mostraron cicatrices de una grave tuberculosis.
Momias de Delémont: Probablemente, provienen de la región de Arequipa, en Perú, y ambos fueron enterrados boca arriba. Los datos de radiocarbono revelan que el hombre murió entre 902 y 994 d.C., y la mujer entre 1124 y 1282 d.C. El estado de la aorta del varón y sus grandes arterias demuestran que sufría de arteriosclerosis en vida.
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El estudio
Lo más relevante de toda esta investigación, publicada en la revista Frontiers, es que se que los hombres fallecieron por actos de extrema violencia.
La momia chilena de Marburgo falleció porque “un asaltante golpeó a la víctima con toda su fuerza en la cabeza y un segundo asaltante apuñaló a la víctima en la espalda”.
En tanto, la momia masculina de Delémont tenía un traumatismo masivo en su columna cervical, por lo que los autores indican que “la dislocación significativa de los dos cuerpos vertebrales cervicales en sí es letal y puede haber provocado la muerte inmediata”.
El equipo destacó que lo más importante de la investigación es el uso de este tipo de examen en el estudio de material humano modificado, especialmente para cuantificar una tasa de traumas en las momias sudamericanas.
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