Worldcoin, una iniciativa criptomonetaria liderada por Sam Altman, ha sido objeto de investigaciones en más de 14 países, generando dudas sobre la seguridad y el uso de los escaneos de iris que recopila. Este proyecto, que promete una renta básica universal mediante la combinación de criptomonedas y biometría, ha sido cuestionado por su falta de transparencia y posibles riesgos para la privacidad.
El funcionamiento de Worldcoin es simple pero controversial: los usuarios escanean su iris utilizando un dispositivo conocido como “orbe” y, a cambio, reciben 25 criptomonedas personalizadas. Según reportó Futurism, Estos escaneos se asocian con la identidad del usuario en la cadena de bloques de Worldcoin, un sistema cuya privacidad ha sido fuertemente criticada por los reguladores.
A pesar de la promesa de colaborar con las autoridades, Worldcoin ha enfrentado suspensiones y multas en varios países, incluidos Francia, Reino Unido, Corea del Sur y Chile. En Argentina, la empresa fue sancionada con una multa de $200,000 por cláusulas abusivas en sus términos de servicio. Solo Kenia ha cerrado su investigación después de una suspensión de un año del proyecto.
Damian Kieran, director de privacidad de Worldcoin, admitió en una entrevista con The Wall Street Journal que la desconfianza es inevitable, aunque la empresa ha tomado medidas como garantizar que no se inscriban menores de edad, tras ser sorprendidos registrando niños en Portugal.
Curiosamente, Worldcoin nunca lanzó oficialmente su criptomoneda en Estados Unidos debido a la “incertidumbre regulatoria”. Sin embargo, esto no ha impedido que algunos usuarios se inscriban en el país, alimentando aún más las preocupaciones sobre la seguridad y la regulación del proyecto.
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