Estamos en el siglo XXI y lo que prometió la industria del cine en películas como Blade Runner, Regreso al Futuro, Mad Max o Demolition Max, aún no se hace realidad. Ingenieros y emprendedores aún siguen experimentado con prototipos de esta “cruza” entre un avión (o helicóptero) y un auto eléctrico: los autos voladores.
Un informe de la Universidad Carnegie Mellon, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences demostró que los aviones urbanos propulsados por baterías ya podrían aparecer en la vida cotidiana. Las aeronaves diseñadas para viajar hasta 300 millas se utilizan actualmente para la movilidad de pasajeros y carga y la opción de movilidad aérea urbana surgió como algo que podría transformar el transporte en áreas urbanas y desplazar los servicios de los vehículos terrestres muy pronto.
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Pero, autos voladores tienen un obstáculo que deben superar relacionado a la eficiencia de sus baterías, porque por ejemplo, cuanto más pesada es, más difícil será despegar. Según el análisis, las baterías de iones de litio actuales ya son capaces de abastecer a un taxi volador. El avión Maker de Archer Aviation puede alcanzar 150 mph con un alcance de 60 millas.
Próximamente podrían existir baterías de iones de litio mejorada, lo que hará que los aviones eléctricos urbanos sean viables a gran escala. Asimismo existen dilemas éticos en torno a la extracción de este mineral, ya que por ejemplo representa un gasto hídrico de 2 millones de litros de agua para producir 1 tonelada, poniendo en riesgo el delicado equilibrio natural entre el agua dulce y salobre.
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El futuro de los autos urbanos voladores
Quedan pendientes aspectos en términos de regulación e infraestructura. La Administración Federal de Aviación estima que no aprobarán un auto aéreo hasta 2024, señala un artículo de BBC Mundo y luego los gobiernos deberán determinar cuándo y dónde pueden volar. Se necesitarán sistemas de control de tráfico aéreo a medida que aparezcan estos autos, junto con infraestructura para que puedan despegar y aterrizar.
Todo esto costará dinero, antes que las empresas y los consumidores individuales consideren comprar o simplemente volar en uno.
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