Los avances de la tecnología muchas veces superan los límites de la imaginación y, en esta oportunidad, un grupo de ingenieros logró crear el objeto volador más pequeño del mundo: un microchip del tamaño de un grano de arena.
En su informe publicado en la revista Nature, los investigadores de la Universidad Northwestern detallaron que estos diminutos dispositivos, llamados “microflier”, pueden estar equipados con sensores y antenas para realizar mediciones y almacenar datos.
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“Nuestro objetivo era agregar el vuelo alado a los sistemas electrónicos a pequeña escala, con la idea de que estas capacidades nos permitirían distribuir dispositivos electrónicos miniaturizados y altamente funcionales”, detalló en un comunicado John A. Rogers, líder de la investigación.
Para crear los microchips, el equipo de expertos se inspiró en las semillas que se dispersan con el viento. El profesor Rogers recalcó que, a lo largo de miles de millones de años, la naturaleza “ha diseñado semillas con una aerodinámica muy sofisticada y nosotros tomamos prestados esos conceptos”.
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El aparato no tiene motor, ya que se eleva con el viento y gira en el aire como un helicóptero hasta llegar al suelo. Los investigadores esperan que estos diminutos aparatos se puedan desplegar por centenares para monitorear la polución y las enfermedades transmitidas por el aire.
“La mayoría de las tecnologías de monitoreo involucran instrumentación masiva (…), pero nosotros visualizamos una gran multiplicidad de sensores miniaturizados que se pueden distribuir a una alta densidad espacial en grandes áreas, para formar una red inalámbrica”, concluyó Rogers.
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