Un reciente estudio realizado en Noruega ha arrojado resultados reveladores sobre el impacto de prohibir los teléfonos móviles en las escuelas secundarias.
La investigación, liderada por Sara Abrahamsson y detallada en su tesis “Ensayos sobre Economía Laboral y de la Salud Empírica“, sugiere que la prohibición de los smartphones no solo conduce a un aumento significativo en las calificaciones promedio de los niños, sino que también influye positivamente en la elección de programas académicos y reduce el acoso escolar.
Abrahamsson descubrió que el ambiente sin teléfonos móviles en el aula no solo mejora los resultados en matemáticas, sino que también beneficia a las estudiantes de familias de bajos ingresos, quienes experimentan una disminución en las visitas a servicios de salud mental y un aumento en su rendimiento escolar.
Estos hallazgos respaldan la idea de que la tecnología no estructurada puede ser particularmente perjudicial para los estudiantes de entornos socioeconómicos menos privilegiados, contribuyendo potencialmente a la brecha educativa.
Estos resultados no solo son relevantes para Noruega, que ocupa el cuarto lugar en el Índice de Educación de la ONU, sino que también han sido observados en otros países.
Con Florida ya implementando prohibiciones similares y otros estados de Estados Unidos considerando seguir su ejemplo, la pregunta sobre si estamos ante el fin de la era de los smartphones en las escuelas parece estar cada vez más cerca de convertirse en una realidad, al menos dentro del entorno del aula.
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