Este artista británico-irlandés de 36 años nació viendo solo en blanco y negro, buscando una solución para esta condición se convirtió en el primer humano-máquina de la historia; es decir, la primera persona en portar tecnología dentro de su cuerpo.
“Decidí unirme a la tecnología físicamente para crear un nuevo órgano, un nuevo sentido para mi vida”, aseguró Neil Harbisson, quien legalmente es considerado como el primer cyborg del mundo.
Lo que está viendo es real. No es un disfraz, ni un efecto televisivo. Harbisson tiene una antena conectada a su cerebro para ver lo que para nosotros es invisible.
“Puedo ver los infrarrojos y los ultravioleta, y también tengo internet conectado al cerebro lo que me permite ver colores de todas partes del mundo o incluso del espacio, a través de satélites”, agregó Harbisson para Futuro 360.
Lee también: Amber Case afirma que hoy “todos somos cyborgs” gracias a los smartphones
“En la cabeza puedo percibir el color. Tengo otro implante en la rodilla que siempre me permite ver dónde está el norte. Hemos realizado otros implantes en dientes que nos dan la posibilidad de comunicarnos de boca a boca mediante claves morse“, agregó el Harbisson.
Neil asegura ser el ícono de la tendencia cyborg, y afirma que órganos tecnológicos podrían terminar con diferentes problemas a la salud, incrementar la inteligencia, nivelar sociedades y contribuir en tareas comunes, como la mitigación del cambio climático.
“Si por ejemplo todos tuviésemos visión nocturna, pues en vez de usar luces cuando es de noche, pues simplemente podríamos ver. Poco a poco la sociedad irá viendo que no tenemos que cambiar el mundo, tenemos que cambiar nosotros y adaptarnos“, agregó el artista.
Pero reconoce que él considera un arte, también es sinónimo de debate ético. De hecho su cirugía fue realizada de forma anónima tras el rechazo de varios grupos de médicos que se opusieron a la operación.
Lee también: La avanzada cobertura cerebral que nos acerca cada vez más a los “cyborgs”
Incluso, un incidente en un aeropuerto definió su condición de forma legal. “Tengo una antena, de la misma forma que tengo una nariz o una oreja. Lo que finalmente hizo que aceptaran a la antena como órgano, lo que es bastante conveniente cuando viajo”, agregó Harbisson.
El gobierno británico reconoció a la antena como parte de su cuerpo y no como un aparato electrónico. Un triunfo, que él asegura, lo ayudó a seguir expandiendo su visión sobre el límite entre lo humano y lo tecnológico.
“Ya habrán países que acepten este tipo de operaciones, entonces las personas podrán viajar para poder agregar nuevos órganos u otras partes que desee”, concluyó Harbisson.
Puedes ver la entrevista al primer cyborg del mundo de Futuro 360 completa aquí.
Deja tu comentario