(CNN) – Hace 300 años, antes de los sobres, contraseñas y códigos de seguridad, los escritores a menudo luchaban por mantener en privado los pensamientos, preocupaciones y sueños expresados en sus cartas.
Una forma popular era utilizar una técnica llamada bloqueo de letras: doblar intrincadamente una hoja de papel para convertirla en su propio sobre. Esta estrategia presentó un desafío cuando se encontraron 577 cartas bloqueadas entregadas a La Haya entre 1689 y 1706 en un baúl de correo no entregado.
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Las cartas nunca habían llegado a sus destinatarios finales y los conservacionistas no querían abrirlas y dañarlas. En cambio, un equipo ha encontrado una manera de leer uno de estos mensajes sin romper su sello ni desplegarlo de ninguna manera.
Utilizando un escáner de rayos X de alta sensibilidad y algoritmos informáticos, los investigadores desplegaron virtualmente la carta sin abrir. “Este algoritmo nos lleva directamente al corazón de una carta cerrada“, manifestó el equipo de investigación en un comunicado.
“A veces el pasado se resiste al escrutinio. Podríamos haberla abierto, pero en cambio nos tomamos el tiempo de estudiarla por sus cualidades ocultas, secretas e inaccesibles. Hemos aprendido que las letras pueden ser más reveladoras cuando estas quedan sin abrir“, añadieron.
La técnica reveló el contenido de una carta fechada el 31 de julio de 1697. Contiene una solicitud de Jacques Sennacques a su primo Pierre Le Pers, un comerciante francés en La Haya, de una copia certificada de un aviso de defunción de Daniel Le Pers.
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Los detalles pueden parecer prosaicos, pero los investigadores dijeron que el mensaje brinda una visión fascinante de la vida de la gente común, una instantánea del mundo moderno temprano mientras se ocupaba de sus asuntos y actividades cotidianas.
Los especialistas dijeron que Sennacques requirió un certificado de defunción oficial para su pariente Daniel Le Pers, quizás debido a una cuestión de herencia. No se sabe por qué este no recibió la carta, aunque posiblemente se debió a la itinerancia propia de los comerciantes.
El baúl de correspondencia pertenecía a un director de correos llamado Simon de Brienne y su esposa, la directora de correos Marie Germain. Fue adquirido por el Museum voor Communicatie de La Haya, en los Países Bajos en el año 1926.
Además de las cartas sin abrir, contiene 2.571 documentos ya abiertos y fragmentos que por una razón u otra nunca llegaron a su destino. En ese momento no existían los sellos postales y los destinatarios, no los remitentes, eran responsables de los gastos asociados, incluidos el envío.
Una nueva forma de extraer documentos históricos
Los escáneres de rayos X se diseñaron originalmente para mapear el contenido mineral de los dientes y se han utilizado en la investigación dental, hasta ahora. “La tecnología es similar a los escáneres TC médicos, pero utiliza rayos X mucho más intensos”, dijo David Mills, autor del estudio.
El investigador de la Universidad Queen Mary de Londres detalló que estos “permiten ver los diminutos rastros de metal en la tinta usada para escribir las letras. El equipo tomó las imágenes y las convirtió en letras que pudieran permitir leer por primera vez la carta en más de 300 años”.
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La nueva técnica tiene el potencial de desbloquear nueva evidencia histórica del baúl de Brienne y otras colecciones de cartas y documentos sin abrir, aseguró la investigación publicada en la revista Nature Communications este martes.
“Usar el despliegue virtual para leer una historia íntima que nunca ha visto la luz del día, y que ni siquiera ha llegado a su destinatario, es verdaderamente extraordinario“, dijeron los especialistas en su comunicado de prensa.
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