En el mundo virtual, los hackers son comúnmente asociados con personas o grupos maliciosos que buscan atacar tus sistemas críticos. Sin embargo, entre ellos existen quienes se dedican a proteger a las empresas a través del Ethical Hacking, usando sus técnicas para cerrar brechas, entre otros tipos.

¿Todos los hackers son ciberdelincuentes?

Un estudio del Foro Económico Mundial reveló que el 39% de los encuestados considera los ciberataques como una de las amenazas de mayor impacto a nivel global. Esto ocurre porque los ataques informáticos pueden generar graves daños, no solo a las organizaciones, sino también a la sociedad.

Por ejemplo, tras uno de estos incidentes, las consecuencias no son solo la pérdida de equipos. También está la desconfianza de los consumidores, además de bajas de productividad que pueden llevar al quiebre de las empresas, generando desempleo.

Quienes cometen estos actos son los hackers, que se han ganado el rechazo general de empresas y personas. Ahora bien, no todos los expertos en ataques informáticos merecen esta connotación negativa.

La razón es muy simple. Hay personas, que conociendo en detalle cómo perpetrar ciberataques, utilizan dichas técnicas para fines positivos, surgiendo así diferentes categorías.

Los distintos tipos de hackers

En función de sus motivaciones, objetivos y éticas, estos son los distintos tipos de hackers que habitan en el ciberespacio:

Sombreros blancos o White Hat (expertos en Ethical Hacking):

Estos hackers cuentan con conocimientos especializados en ataques informáticos y se ocupan de optimizar la seguridad de las empresas. Son aquellos profesionales que te ayudarán a poner en práctica estrategias preventivas y defensivas como el Ethical Hacking mediante ataques simulados y bajo control.

Con la autorización de las empresas que los contratan, los sombreros blancos emplean técnicas como análisis de vulnerabilidades y pruebas de penetración para evaluar la seguridad informática de una organización. Su objetivo es identificar y corregir brechas que puedan ser explotadas.

Sombreros negros o Black Hat:

Esta categoría corresponde al tipo de hacker más conocido. Son aquellas personas que buscan atacar sistemas informáticos de empresas de todo tipo, con el único fin de generar daños y obtener beneficios económicos. Por lo tanto, deben representar tu principal preocupación al trabajar en el mundo virtual.

Su conocimiento avanzado les permite crear ataques muy sofisticados. Carecen de ética porque perjudican tanto a empresas como personas. Generalmente, buscan robar datos sensibles, manchar la reputación de la víctima y dañar equipos.

Sombreros grises o Gray Hat:

Estos hackers se encuentran en un punto medio entre los sombreros blancos y los sombreros negros (de ahí su denominación). Su acción consiste en vulnerar sistemas informáticos sin autorización, pero no tiene el propósito de generar daño.

Esta ausencia de mala intención no los hace inofensivos, ya que sus motivaciones pueden ser variadas. Algunos solo desean ayudar revelando a las empresas sus debilidades, mientras que otros buscan reconocimiento entre sus pares o compensaciones económicas.

Hacktivista y Script Kiddies:

Un hacktivista busca divulgar contenido relacionado con causas sociales o políticas de su interés. Entre sus acciones habituales destacan filtrar datos confidenciales, hackear sitios web gubernamentales y revelar malas prácticas. De todas maneras, para esto se valen de ciberataques y vulnerar información sensible.

Por su parte, los Script Kiddies son atacantes maliciosos sin gran experiencia. Aunque suelen ser algo torpes, el peligro está en que utilizan malware que otros ciberdelincuentes desarrollan sin medir las consecuencias.

Blinda a tu empresa frente a la ciberdelincuencia

Ya conoces las distintas categorías de hackers que existen. Aliarte con los sombreros blancos será clave para implementar con éxito tu estrategia de Ethical Hacking, y así combatir la acción de los ciberdelincuentes tradicionales.

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