“Revalorizamos residuos plásticos y desarrollamos alternativas de economía circular“. Esa es la reseña que se lee al ingresar a la página de Greenspot, una empresa chilena con base en Puerto Montt, que desde 2017 viene trabajando en la reutilización de desechos, en específico, con los del área de la salmonicultura.
“La idea nuestra es reutilizar y valorizar los residuos, pero de una forma local. De la mano de las distintas industrias, darle la vuelta a los mismos residuos muy cerca de su zona de generación“, explica a Empresas 2050 Benjamín González, fundador y CEO de Greenspot.
A modo de ejemplo, a la fecha ya han transformado más de 2.000 toneladas de plástico, entre boyas, flotadores redes y tuberías, en pellets y productos de alta calidad, evitando así que toneladas de plástico en desuso terminen en los vertederos o, peor aún, en los océanos y la naturaleza. De esta forma, no sólo se saca el material de circulación, si no que además se revaloriza y reinserta en un nuevo ciclo productivo.
En cuanto a los materiales, la empresa también cuenta entre sus funciones la generación de plumavit compactada, que desarrollan reutilizando los flotadores que ocupan las salmoneras en sus procesos cotidianos.
“Siendo capaces de generar productos acá mismo, con ‘nuestros’ residuos, somos capaces de demostrar que la economía circular de triple impacto local es posible“, recalca González.
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Metas próximas
Actualmente, la compañía trabaja en una unidad de negocios abocada a la fabricación de productos para empresas y consumidores finales. En esta línea destacan dos recientes desarrollos de plástico reciclado. El primero, es una compostera de 386 litros, orientada a resolver los problemas actuales de los desechos orgánicos en la industria, domicilios, instituciones y sus comunidades, la que, además, recibió fondos del programa Innova-Región de Corfo.
La otra innovación es un pediluvio, es decir, un sanitizador para pies. Según describen sus desarrolladores, el desinfectante de suelas de calzado es ideal para el ingreso a edificios, colegios, retail y domicilios. Esta solución sostenible fue ideada durante la pandemia y esperan que logre aún más relevancia en los nuevos tiempos del “modo Covid”.
“Si yo soy capaz de ver una boya flotando en el mar y después verla convertida en una compostera que compré en la tienda local, cierra un círculo de forma súper potente, porque fuimos capaces de desarrollar productos de forma local y al menor costo ambiental posible“, valora el CEO y manifiesta un anhelo: “Comenzar con una boya y terminar con una lechuga”.
Por su parte, desde Greenspot recalcan que el pediluvio -también hecho con la reutilización de boyas plásticas- fue una solución innovadora para generar formas de negocio ante la crisis sanitaria. “Si bien es un instrumento que se usa en varias industrias, lo que nosotros hicimos fue adaptarlo y diseñarlo específicamente para que fuera hecho 100% en base a plástico reciclado“, dicen.
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Entre las metas inmediatas de esta empresa con certificación B está la comercialización de los productos revalorizados en el e-commerce, para lo que ya cerraron acuerdos con el marketplace de una multitienda nacional y una plataforma de productos sostenibles.
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