Con bombos y platillos -y un escenografía inspirada en los discursos de Steve Jobs- el Presidente Sebastián Piñera dio hace algunos días el “vamos “oficial al proceso de licitación pública de la red 5G en Chile.
Según el Gobierno, la tecnología será 10 veces más rápida y 100 veces más poderosa que la actual, con lo que -aseguró el mandatario- el país dará “un gran salto adelante“. La opción de avanzar hacia “ciudades inteligentes” y la capacidad de no colapso en situaciones de alta demanda fueron otras de las virtudes resaltadas en la cita.
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Se trata de un desafío mayor. Más bien inédito, ya que Chile es la primera nación Latinoamericana en licitar el espectro para el desarrollo de la red 5G. Además, involucrará una inversión de entre US$2.650 millones y US$3.000 millones en infraestructura en los próximos cinco años.
“Tiene que estar al servicio de las personas, por tanto, hay acelerar el tranco. Muchas veces estas materias están ausentes del debate nacional y nos quedamos atrapados en rencillas del pasado que no nos permiten levantar la frente y ver que afuera está saliendo el sol”, fue otra de las reflexiones del Presidente.
Sin embargo, tras el anuncio el debate se trasladó rápidamente a la pregunta sobre si el proceso ayudará o no a resolver la falta de acceso, cobertura y problemas de calidad del servicio actual, que generan una desigualdad digital en el territorio nacional.
Comenzó el debate
Según explicó el Ejecutivo, el concurso asegura una cobertura del 90% de los habitantes. Para esto, se obliga a conectar a todas las capitales regionales, provinciales, instituciones públicas y la red hospitalaria a través de “polígonos industriales”.
Con ese objetivo, el Ministerio de Economía y la Subtel definieron puntos estratégicos de demanda digital, que se traducen en 64 carreteras o rutas de 9.000 kilómetros, 17 aeropuertos, 13 centros científicos, 18 hospitales, 25 universidades y 23 puertos marítimos.
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No obstante, las primeras críticas apuntan a que el modelo podría llevar a posibles judicializaciones del espectro. También se alega que no se aprovechó la licitación para obligar a los operadores a dar cobertura en localidades rurales (contraprestaciones) y, de esa forma, disminuir brechas en acceso.
De hecho, ese fue el tópico tratado en Comisión de Telecomunicacioens del Senado, donde participó la subsecretaria de la materia. “El 5G no es una herramienta de cierre de brecha digital. El gran problema lo tenemos en Internet fijo“, dijo en la instancia Pamela Gidi.
En esa línea, la Subtel indica que un 54% de los chilenos tiene banda ancha fija y de ellos sólo uno de cada cuatro tiene fibra óptica. La autoridad aseguró que el teletrabajo o educación remota se hacen con el internet del hogar, por lo que es necesario mejorar la fibra óptica.
“Tenemos dos espacios a trabajar: oferta y demanda. Hay lugares donde la persona puede pagarlo, pero hoy no llega la fibra óptica. Y otros donde llega, pero no puede pagarlo”, manifestó Gidi, quien llamó a avanzar en la conversación sobre un proyecto de Internet como servicio universal y un eventual subsidio a la demanda.
Opiniones
“La 5G no arregla que vayamos a tener cobertura en todo el país. Eso no lo hace ninguna tecnología de espectro de radiofrecuencia (…) No ayuda ni desayuda, si no que va a ir creciendo poco a poco y, obviamente, se va a ir viendo mejor en las ciudades más pobladas“, dice David Ruete, director de escuela de la Facultad de Ingeniería de la U. Andrés Bello.
“Mi opinión es que el país debería invertir en ayudar a las empresas a colocar más antenas, porque el operador solo no va a poder, es una cuestión económica“, agrega el académico.
Los expertos coinciden en que el 5G es una nueva generación de servicios móviles que entrega su mayor potencial a la industria, con optimización productiva, telemedicina, transporte con vehículos conectados entre ellos, etc. Eso sí, -plantean- representa una “nueva era”, con todas las posibilidades que ello implica.
“Pero eso no significa que las personas vayan a salir perdiendo, porque cualquier uso actual que le damos las personas a la red 4G también se le pude dar a la 5G. Si está bien hecha, debería tener una buena cobertura”, plantea Vladimir Marianov, académico de Ingeniería UC e investigador del ISCI.
En esa línea, para los usuarios las ventajas vendrán por el lado de la rapidez, debido a la alta capacidad de transmisión de datos. “Es una tecnología más avanzada, naturalmente con más prestaciones y capacidades“, agrega Marianov.
“En sí misma, no agudiza ni resuelve los desafíos en términos de brecha digital. Este es un tema que debe abordarse desde las políticas públicas, y cómo estas promuevan la inversión social de los distintos actores”, cree por el lado de la industria Manuel Araya, gerente de Regulación y Asuntos Públicos de Entel.
“En el concurso anterior de la banda 700 MHz, las contraprestaciones fueron obligatorias. Nos llama la atención que esta licitación, de la misma banda 700, no se haya aprovechado para solicitar cobertura para localidades rurales. Sentimos que se desperdició una gran oportunidad de continuar cerrando la brecha”, opina Araya.
Cabe destacar que en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile, ya se trabaja en una de las primeras iniciativas de la nueva tecnología en Chile. La casa de estudios, junto a Entel y Ericsson, acordaron la habilitación de un innovador Campus 5G.
El espacio servirá para impulsar proyectos de investigación y soluciones tecnológicas, análisis que, posiblemente, podrán entregar más respuestas al impacto del 5G en la brecha digital de acceso y cobertura en Chile.
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