(CNN) – El telescopio espacial James Webb ha observado su objeto cósmico más pequeño hasta la fecha: un asteroide previamente desconocido del tamaño del Coliseo de Roma.
Un equipo de astrónomos europeos realizó la detección de la roca espacial, que tiene entre 100 a 200 metros de largo, y está ubicada en el cinturón principal de asteroides entre Marte y Júpiter.
El cinturón en forma de rosquilla alberga la mayoría de los asteroides del sistema solar. El cinturón de asteroides principal está muy alineado con el plano de la eclíptica, o el mismo plano que incluye la órbita de la Tierra alrededor del sol.
El asteroide puede ser uno de los más pequeños jamás encontrados en el cinturón principal. Objetos cósmicos tan pequeños y oscuros son increíblemente difíciles de observar, pero los astrónomos pueden usar Webb para buscar más asteroides de este tamaño en el futuro.
Otras observaciones ayudarán a los astrónomos a aprender más sobre el asteroide en el futuro y confirmar que es realmente un objeto recién descubierto.
La detección del asteroide se realizó por casualidad cuando el equipo de investigación de Webb enfocó el Instrumento de infrarrojo medio del telescopio, o MIRI, en el asteroide del cinturón principal (10920) 1998 BC1, descubierto originalmente en 1998, para tomar imágenes de calibración.
“De manera completamente inesperada, detectamos un pequeño asteroide en las observaciones de calibración MIRI disponibles públicamente”, dijo Thomas Müller, astrónomo del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre en Alemania, en un comunicado. “Las mediciones son algunas de las primeras mediciones MIRI dirigidas al plano de la eclíptica y nuestro trabajo sugiere que se detectarán muchos objetos nuevos con este instrumento”.
tLos asteroides son los restos de la formación del sistema solar, y los astrónomos han determinado la ubicación de más de 1,1 millones de ellos.
Muchos asteroides siguen siendo desconocidos, y el hallazgo de Webb sugiere que el poderoso telescopio infrarrojo puede descubrir muchos más objetos rocosos pequeños que de otro modo habrían escapado a la detección antes.
El lado positivo de una observación “fallida”
Las imágenes de calibración que tomó el equipo de investigación de Webb en su intento de observar el asteroide (10920) 1998 BC1 no resultaron como se esperaba y se consideraron una falla técnica porque el objeto parecía muy brillante.
Los astrónomos aún pudieron usar los datos para probar una nueva técnica para determinar la órbita y el tamaño de un asteroide. Las observaciones de (10920) 1998 BC1 se combinaron con datos de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea y telescopios terrestres.
Mientras analizaban los datos, los investigadores detectaron un “intruso” en sus observaciones: el nuevo asteroide que hacía su primera aparición.
“Nuestros resultados muestran que incluso las observaciones de Webb ‘fallidas’ pueden ser científicamente útiles, si se tiene la mentalidad adecuada y un poco de suerte”, dijo Müller. “Nuestra detección se encuentra en el cinturón principal de asteroides, pero la increíble sensibilidad de Webb hizo posible ver este objeto de aproximadamente 100 metros a una distancia de más de 100 millones de kilómetros”.
Y los astrónomos no se sorprenderán si otras rocas espaciales desconocidas bombardean las futuras imágenes de Webb.
“Este es un resultado fantástico que destaca las capacidades de MIRI para detectar por casualidad un tamaño de asteroide previamente indetectable en el cinturón principal”, dijo Bryan Holler, científico de apoyo de Webb en el Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial en Baltimore, en un comunicado. “Las repeticiones de estas observaciones están en proceso de programación, ¡y estamos esperando nuevos intrusos de asteroides en esas imágenes!”
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