(CNN) – Un grupo de conocedores de vinos franceses detectó una pizca de polvo de estrellas en su última cata, después de convertirse en las primeras personas en probar y revisar el vino que pasó más de un año en el espacio.
Expertos en Burdeos analizaron el contenido de una botella 2000 de Chateau Petrus Merlot, una de las 12 llevadas al espacio en una cápsula SpaceX en un intento de explorar “nuevas formas de cultivar plantas”.
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Entonces, ¿a qué sabe el vino cósmico? “Descubrí que había una diferencia tanto en el color como en los aromáticos y también en el sabor“, sostuvo el jueves a CNN la escritora de vinos Jane Anson.
“Simplemente se sentía un poco más viejo, un poco más evolucionado que el vino que había quedado en la Tierra”, sostuvo, y agregó que los taninos del vino cósmico estaban más evolucionados y tenía un carácter más floral.
El grupo de expertos probó el vino junto con otra copa de la misma variedad que se había quedado en la Tierra, antes de que le dijeran cuál era cuál. Anson llegó a la conclusión de que su aventura por encima de la estratosfera añadió aproximadamente dos o tres años de madurez a la bebida.
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Chateau Petrus es la bodega más famosa de Pomerol, un pueblo de Burdeos conocido por su Merlot. Anson explicó que se eligió una botella de 2000 porque es popular entre los bebedores y es una buena cosecha, lo que significa que había muchas notas de cata con las que comparar la versión cósmica.
Una botella de la vendimia regular costaría alrededor de US$ 6 mil. El vino y las vides salieron de la Tierra en dos envíos en noviembre de 2019 y marzo de 2020, y aterrizaron en nuestro planeta cerca de Cabo Cañaveral, Florida, en enero de este año.
Ahora se están analizando para ver cómo cambiaron durante su tiempo en el espacio, donde los efectos de la microgravedad y una mayor exposición a la radiación que en la Tierra aceleran los cambios genéticos. Los científicos compararán las enredaderas con los especímenes que quedaron en la Tierra, para adaptarlos, permitiéndoles crecer en entornos más duros.
“La pregunta que hicimos fue: ¿Estos componentes que dan aroma, los componentes que dan sabor evolucionaron de manera diferente cuando el vino estaba en el espacio?”, sostuvo a CNN Philippe Darriet, organizador del proyecto y director del Instituto de la Unidad de Investigación Enológica de la Viña, la Ciencia y el Vino.
Se enviaron un total de 12 botellas, de las cuales solo se degustó una. Los otros ahora serán analizados más a fondo, agregó Darriet, quien está ansioso por ver el análisis de las cepas que se enviaron junto con las botellas. “Quizás este tipo de trabajo nos permitirá tener plantas que adquieran diferentes propiedades adaptativas, en relación con los problemas del cambio climático”, dijo.
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